Un arbol de Navidad
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A PETER:
Estimado Peter:
Esta mañana, al ver la contraportada de El Correo, me he acordado de ti. Por eso te escribo, para tocarte la txapela un poco. Porque ponía en letras grandes Barakaldo -sí, Peter- y no Bilbao. En Barakaldo y no en Bilbao, ponía, han colocado el árbol de Navidad más grande de España: varios troncos de cono iluminados por medio millón de lucecitas y una pelota blanca con publicidad en lo más alto, tocando el cielo. Ayer, Peter, vino a encenderlo el mismísimo Gonzalo Miró, ¡Gonzalo Miró!
P.D: ¡Gonzalo Miró!
J.
2
DOS CHICAS EN EL AUTOBÚS:
Chica1: Míralo...
Chica 2: Es el árbol de Navidad más grande de España.
Chica 1: El segundo más alto del mundo, después del de Nueva York.
Chica2: ...
Chica1: Puto árbol.
Chica2: Es más feo.
Chica1: Ya que estaban, podrían haberlo hecho más bonito.
Chica2: Puto alcalde.
Chica1: Es más tonto.
Chica2: Seguro que lo ha puesto para comerse él sólo el lunch de la inauguración.
Chica1: Seguro.
Chica2: Puto árbol.
Chica1: Puto árbol.
6 Comments:
Peter quedará desarbolado. Pero recuerda que él tiene al Pupy (o como se escriba).
Sí que he quedado desarbolado, pero reconfortado a la vez por el diálogo autobusero: a la gente no se le engaña tan fácilmente poniendo un árbol tremendo sino invitándola al lunch...
Gonzalo Miró, menudo paspán. Podríais haber rematado la jugada colgándolo del árbol (lo digo con mucho cariño). Pero supongo que llegó, Miró y se piró, sin comer ni un canapiés.
Otro diálogo, en el súper este mediodía:
Cajera: Bueno, lo importante es tener salud y ganas de salir a la calle.
Clienta: Es que yo ya tengo 80 años.
Cajera: Pues justo 80 tenía una señora que acaba de morirse. Venía todos los días. Ayer mismo vino, tan normal, le cobré yo. Y esta noche le ha dado un infarto.
Clienta: ¡Qué enviiidiaaaa!
Cajera: Es lo mejor que te puede pasar.
No, definitivamente creo que no es lo mejor que te puede pasar. Pero me encantó la historia del árbol.
Y, digo yo, ¿por qué no mandamos a Gonzalo de Pedro a los saraos en vez de a G. Miró? De Pedro es mucho más guapo y tiene unos pantalones negros la mar de resultones. Además, seguro que De Pedro se acuerda de los amigos y nos cuela en alguna fiestilla donde den de comer.
Pues sí. Gonzalo De pedro culebrea como nadie en los saraos. Pero no deja canapé con cabeza. Pasaríamos más hambre que en Biafra.
Deberían denominar a esos pantalones, gedepedros.
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