El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Tuesday, January 09, 2007

Ismael


Salimos del Gayarre meditabundos, con el alma encogida como un gusarapo después del concierto. Estábamos María –que se fue nada más terminar-, Vanesa, Paula, mi hermana Mónica y yo. Fue mi hermana la que se empeñó en entrar a los camerinos para verle de cerca. Por supuesto, yo dije que no. Pero el no debió sonarle igual que un pistoletazo, porque salió disparada hacia el interior del teatro. Y detrás de ella, también mi pequeña Paula. Así que Vanesa y yo nos miramos a penas y corrimos tras ellas como corderillos.

Tenía razón Mónica: tropezamos con Ismael Serrano, que estaba firmando autógrafos a un pequeño grupo de fans en el pasillo de los camerinos. Me quedé idiotizado ante la escena y me veía como un enfermo de cuello para arriba, esperando el garabato de un tipo que cantaba canciones tristísimas. Y veía también a Mónica y Paula, hipnotizadas por la misma figura endeble, irreconocibles y vulnerables, agitando las entradas: ¡¡¡Ismael, Ismael!!!

Un muchacho le suplicaba ser su amigo: Isma, ¿Te podré llamar algún día? Tengo tu... teléfono.
Nos sacaron a todos de allí por la puerta falsa. Prometieron que Ismael saldría en unos minutos a la calle. Y así fue.

Nos sacamos una foto.

Mónica le pidió que le escribiese en la entrada algo sobre el subcomandante Marcos. Le puso una estrofa de, Ya ves:

Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si arde Lacandona
si Marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?


Mi hermana contentísima.

Y siguiendo el patrón, a Paula le garrapateó un fragmento de Vértigo:

Vértigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?


Aquellas palabras le iban como anillo al dedo.

Y a mí, algo escueto pero muy certero. Como un dardo:

Hoy es siempre todavía

Lástima que se tratase de un verso de Machado.

Luego nos fuimos.

5 Comments:

Blogger Unknown said...

Genial, perfecto. Una única precisión. Yo entré sóla al teatro buscando a Ismael. Vosotros me tomasteis por loca quinceañera. Entonces le vi y pensé que a pesar de todo debería avisaros. Salí os grité que él estaba allí firmando autógrafos. Y entonces sí. Entramos todos. Y si arde Lacandona, si Marcos abandona... ¿Quién será nuestro dueño?

9:51 AM  
Anonymous Anonymous said...

Si arde Lacandona, que arda con Ismael dentro, por favor.

7:49 AM  
Anonymous Anonymous said...

¿De qué vas nomeacuerdo? Noteacuerdes de Lancandona,ni de Marcos, ni de Ismael y es suficiente...No hay por qué salpicar lo bello.

9:57 AM  
Anonymous Anonymous said...

Yo contra Lacandona no tengo nada, más bien al contrario, pero ese es otro tema. Pero de ahí a considerar bello a Ismael Serrano, hay varios millones de años luz. Basta de cansaautores tópicos. Podían mirar a Silvio. Y callar.

11:26 AM  
Anonymous Anonymous said...

Vaaale... reconozco que es un poco tópico a veces Ismael pero...qué voz... infinitamente hermosa... Y él... infinitamente bello, majísimo, encantador, educado... qué le vamos a hacer. Me encanta. No sale muy bien en las fotos pero lo he tenido mi ladito y bueno...

12:43 PM  

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