En busca de sentido (III)
La naranja de Valencia no vive sola en mi camarote de Barakaldo. Sobre la balda, junto a los libros, coloqué en enero el último disco de Andrés Calamaro, "El Palacio de Las Flores". No lo he escuchado y todavía sigue intacto el envoltorio de plástico. No sé qué sucedería si me decidiera a abrirlo. Parece probable que nada, pero nunca se sabe.
También, como a la naranja, lo miro todos los días y, cada jueves, le paso un trapito de algodón para quitarle el polvo. El CD parte con ventaja frente a la vecina de Valencia porque, según pone, no es orgánico pero sí reciclable. O sea, que es -en cierto sentido- un poco inmortal (Platón se frotaría las manos con este asunto).
Sin embargo, la esencia es la misma. Quizá sean una misma cosa.
El Palacio de Valencia, La Naranja de las Flores.
6 Comments:
Beautiful flowers:)))
Yes, yes.
Viniendo a colación de la naranja y Calamaro:
http://blogdecuadros.blogspot.com/2007/01/teora-de-las-cosas-que-buscan-su-sitio.html
Abrazos
La próxima son unas tejas de Tolosa.
kiero ver esa naranja ya!
¿Tejas de tolosa? No podrán conmigo.
Vente por Barakas, Jessy. Y verás...
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