Paris
Escalé hasta lo alto de la torre Eifeel. Miré hacia abajo para ver París, miré bien, a través de la verja. Decepción. Nada. Aquella ciudad parecía París, sí: el Sena, Los Inválidos, edificios blancos, tejados de pizarra, incluso -al fondo-, El Sacré Coeur. Y la bruma.
Pero lo que yo amaba de París estaba bajo mis pies.
No supe darme cuenta. No quise darme cuenta.
Ya nunca más París.
6 Comments:
Volverá París.
Es que París hay que verlo con alguien que sepa y te enseñe las esquinas y no te lleve al primer piso de la Tour Eiffel, mon ami..
O sea, que no viajaste en el metro...
Viajé en el metro, pero no era el metro. Tampoco las plantillas devorolor, amadas -eso sí- por quienes convivían conmigo.
A mi me encantó PARIS, volví enamorada de la ciudad del amor.
He vuelto, pero creo que parte de mí todavía sigue allí. Respirando de aquel aire impregnado de arte a orillas del sena.
Mi alma todavía vaga por las calles de esa preciosa ciudad, creo que se quedó atrapada en MONTMARTRE y no volverá jamás.
Noooo, Leire. Que necesitamos tu alma loca por aquí, ¡Qué vuelva ya!
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