Smoke
Entro en el estanco de Arteagabeitia; en Barakaldo frecuento dos, en el otro, el estanquero me llama corazón, o guapo; toma guapo, me dice. Éste, en cambio, lo atiende un matrimonio que roza los sesenta. Hoy, por la mañana, trabaja el marido. Miro los estantes medio vacios. Veo que queda Austin, que es económico y, además, regala un encendedor con el paquete. Pero ya he caido en eso otras veces -recuerdo- y ahora tengo la casa invadida por un ejército de mecheros de colores. El Chester, en cambio, no me recuerda a nada.
- Uno de Chester, por favor.
- Bien. Aquí tienes. Pero no fumes mucho, ¿vale? Este paquete te tiene que durar. No fumes, anda. Chaval.
- ...
- ... hay que hacer deporte.
- ...
No fumes mucho, me digo. Enciendo el cigarro con el mechero que me regaló Peter y camino hacia el autobús a paso ligero. Mañana.
10 Comments:
¡Devuélveme el mechero, que tienes miles en casa! ¡Y a ver si fumas menos!
Jajajaja. Pues sí. Deberías dejar de fumar. Sobre todo porque cada fit que enciendes es una traición para mí. Lo dejé. Y ahora estoy mucho mejor.
Santa Rita, Rita, Rita... el mechero de propaganda que se da no se quita.
Anonymous. Me traicionaste primero
Sí, devuélvele todos los mecheros a Peter y entierra los paquetes de tabaco.
Voy a dejar de fumar. Gonzalo bien lo sabe.
Los fumadores son fumadores aunque no fumen. Ahora hay que determinar si tú eres o no fumador.
No se qué determinar. Se me hace un nudo en el cerebro. Pero puestos a ser fumador, mejor fumar. O no.
Esto lo has hecho a posta.
Mi padre fumaba, dejó se fumar, hacia deporte, estaba radiante, y cuando se puso enfermo, volvió a fumar. Nunca he entendido eso. Cuando caen al vació, caen con todo.
Sabes que fumas demasiado. Si lo dejas, vas a sonreir toda tu vida, lo veo en la bola de crisssstal...BS
Qué bueno, Harvey Keitel. El otro día lo vi en Taxi Driver, haciendo de chuloputas, y... ¡era clavadito a Fernando Tejero! Quien no se lo crea, que lo busque en esa peli, y me juego un pingüe bocadillo a que me da la razón. (Comienza el mes pingüe).
Verificación de la palabra. Una vez, una, intenté dejar de fumar. Compré el libro ese e hice añicos un paquete de tabaco.
Aquella vez lo hubiese logrado.
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