20
En veintiocho años, sólo he sido capaz de memorizar cinco poesías, de las cuales, hoy, sólo recuerdo alguna estrofa suelta. Son:
1- Anoche cuando dormía, Antonio Machado
2- La canción del Pirata, José de Espronceda
3- Romance del Duero, Gerardo Diego
4- Resurrección, Vladimir Holan
5- Puedo escribir los versos más tristes esta noche, Pablo Neruda.
Las tres primeras, las aprendí en el colegio para declamarlas en la tarima, bajo la mirada alucinada y escrutadora de mis compañeros. No salía malparado de aquellas y si hay algo que conservo intacto de aquellos tiempos son las dotes para la interpretación (mis padres querían que estudiase Arte Dramático, de hecho, mamá todavía me sugiere que deje la pintura y ejerza de actor). Resurrección la interpreté en un Performance, en el Teatro Liceo de Guernika, el año pasado. Éxito.
Y falta Neruda.
El poema número 20 lo grabé a fuego en la memoria, con la obsesión de aquél que ha querido mucho, o creía haber querido mucho.
Leire, desde Chile, escribe que ha estado en casa del poeta.
Y me recuerda la quinta poesía:
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
¡La besé tantas veces bajo el cielo infinito!
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Como no haber amado sus grandes ojos fijos!
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido,
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise!
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
7 Comments:
Leire!qué suerte haber estado en casa de Pablo!También me aprendi, como J., la canción desesperada. A lo lejos alguien canta, a lo lejos. Mi corazón no se contenta con haberla perdido.
Y con sus 20 poemas de amor siempre vuelve el mismo nombre.
Siiiiii! la verdad es que para mi fue muy especial. De todas formas me han dicho que en santiago tiene otra pero la mas bonita de todas es una que tiene en una islita, si puedo, iré a verla sin duda.
NERUDA....GRAN NERUDA
Gracias Javi por esos versos, tristes y bonitos al mismo tiempo
A mi me gusta mucho la Quinta, y también Táctica y Estrategia de Mario Benedetti. La pego aquí.
Mi táctica es mirarte,
aprender como sos,
quererte como sos.
Mi táctica es hablarte
y escucharte,
construir con palabras un puente indestructible.
Mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé como, ni sé con qué pretexto,
pero quedarme en tí.
Mi táctica es ser sincero,
y saber que eres sincera,
y que no nos vendamos simulacros,
para que entre los dos no haya ni telón ni abismo.
Mi estrategia es, en cambio,
más profunda y más simple:
Que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé con que pretexto,
por fin me necesites.
Gracias, futuro bloguero. Espectacular. Bendito Benedetti, Te la robaré y la colgaré tal y como post.
Yo nunca me aprendí la canción desesperada. La del pirata sí; aún me la sé. Fue en un viaje en coche, molestando a mi padre y a mi abuela para que la repitieran una vez tras otra.
Y, también de Espronceda, "Desesperación". Pero a mi abuela nunca le ha gustado, así que sólo la recito cuando ella no está.
Regalada.
Es brutal.
Mònica. No desesperes y no desesperes a tu abuela. Recita mejor la Canción del Pirata. Que, además, tiene eso que tienes de bravura.
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