La verdadera historia de Ainhoa y J. -imaginate-
- Piensa cómo conoces a alguien, en nosotros, por ejemplo... ve hacia atrás, todas las historias se tejen...
- Pues sí, está bien. El mundo es muy chiqui...
- Sí... es curioso... si uno lo piensa. Imagínate, Ainhoa y Javi... se puede inventar una historia... imagínate:
"Un dia fui a Donosti, pongamos hace cuatro años... ehmm... era agosto. Llovía. Bueno, ehhm... mis padres hicieron uno, uno de esos planes, ya sabes, uno de esos en los que no han contado contigo pero, vale, estás metido hasta el cuello...
Domingo. Mi padre dice, "Javi, vente a la playa". A mi no me apetece ir a la playa. Quiero decir, tengo mis propios planes. Me da pereza una jornada de sol, arena y salitre, pero me lo pienso: vaya, hace tiempo que no hago nada con mis padres. Así que, al cuerno: vale, papá, voy con vosotros a la playa.
El caso es que llegamos a Donosti y el cielo está feo... muy gris. Va a llover en cualquier momento, hemos elegido un mal día. Pero... ehm... mis padres deciden que, ya que estamos, se puede ir al acuario, o a zampar pinchos, o lo que sea. En fin, a mi no me apetece ir al acuario a ver peces, así que aprovecho para quedar con una amiga.
Despistado, quedo con ella en un sitio que no conozco. Incluso he olvidado el nombre del lugar y, por supuesto, no llevo móvil. Decido, decido echarme a andar, no sé hacia dónde... simplemente pongo un pie delante del otro y voy, sigo andando. Cruzo calles que no recuerdo y empiezo a pensar que me he perdido.
Comienza a llover.... a llover y cada vez más. Voy por la acera rumiando posibilidades, buscando referencias, y una chica que sale de alguna tienda, me roza el brazo levemente. No me mira, así que no logro verle la cara.
La chica -que es morena- se echa a correr... persigue un autobús que está a punto de escaparse. Alguien grita, ¡Venga, Ainhoa!
Y desde allí, quieto, veo - imagino que es ella- la espalda de la chica morena, de pie, en el autobús; a través del vaho de la ventanilla; a traves de la cortina de lluvia. Ainhoa."
- Jobaaa, no me gusta. Tú siempre igual... y ni hablo contigo ni nada. Así no vale.
- jajajajajaj, ¿Sabes? Me he metido en la historia. Ahora pienso que, en realidad, fue así como ocurrió, que nos conocimos así.
- Halaaaa, qué bestia. Jejejejeje...
- ... qué cosas...
- Oye, a lo mejor sí, ¿eh?
- Jajaja
- Has estado en Donosti alguna vez, ¿no?
- Sí, y llovía...
- Porque yo soy experta en salir corriendo detrás de los autobuses...
- Ni tú ni yo podemos decir que no pasó... jajajajaa
- La verdad es que no... jod... qué mosca ahora... ¿te imaginas que sea verdad? Es que yo a Donosti, o voy de tiendas o voy a la uni... porque poco mas...
- Cuando me pregunten, ¿Cómo conociste a Ainhoa? Diré: bueno, mis padres - ya sabes como son los padres-, diré y les hablaré de un día lluvioso, en Donosti. Y de una chica que me rozó levemente, al salir de alguna tienda. Y de un autobús...
- Qué loco estás... jajajaja.
- Jajajajajjaj... bueno, es un truco de magia, ¿no?
5 Comments:
aiiii... si te digo la verdad muchas veces me he tenido q parar a pensar un rato para darme cuenta q realmente no te conozco (en persona)...
cosas q pasan...historias inventadas que, quizas, han ocurrido en realidad.
gracias javi
Truco o no, es precioso.
Y de repente me encuentro repasando tejidos. Cuántas veces han podido pasarnos historias así...
Pena de foto. Tendrás que poner una isla y cambiar la barandilla con el fotochop, J.
¡Que bonito! ¿y a Madrid no has venido? jajaja
De nada, Ainhoa. Te la debía desde hace mucho tiempo. Gracias a tí por estar. Qué sería de mi sin esas conversaciones y de mi teléfono que te llama por su cuenta cada dos por tres.
Muchas, Marta.
Vaya, Ander, tienes razón. Y eso que cogí la foto de una página de imágenes de tu ciudad...
Si, María he ido, y recuerdo que...
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