Demasiado gallega
Era así:
Gritaba un nombre al azar. A veces el mio, Javi. Y el eco de ese Javi retumbaba en todas las ventanas de la casa:
Vooooy, abueliñaa.
Yo ya sabía, por eso recorría el pasillo golpeando la pared con el puño. La abuela esperaba en la cocina, con su encantadora sonrisa de sorna, de pilla. Parecía que lloraba un poco de risa. Al verme, inclinaba la cabeza, acércate, y se acodaba en la mesa entrecruzando los dedos de las manos.
Javi, tu eres bueno, ¿verdad?
Se pasaba la punta de la lengua por el labio inferior y achicaba los ojitos de miel y ceniza. No cabía más que una respuesta - cuántas veces hubiera dicho, no, abueliña, no soy bueno-. Pero la abueliña era demasiado gallega, demasiado lista y yo no podía ser malo:
…sí… abuela… soy… bueno…
Entonces afirmaba con satisfacción y emitía un pequeño chasquido con la boca:
Entones, toma - me daba un billete de mil pesetas enrollado-, ve a junto del Germán y trae medio kilo de lomo adobado. Que lo corte muy finito. Y mira que te de bien las vueltas.
Yo ya sabía, por eso -al salir de la cocina- recorría el pasillo golpeando la pared con el puño.
En la imagen, O Bolo, mi pueblo. Mi tierra.
11 Comments:
¡Me entusiasma! Un día de estos, cualquier día de estos, cojo a Joana y nos presentamos en tu tierra bella.
¡¡Ay, las abuelas!! ¡¡Cómo son las abuelas!!
Nunca se acercara a la belleza blanca de un pueblo roncalés nevado (ideal para un cuadro fantasma) pero siempre estará inmerso en su niebla galega la misma magia que nos dio arrumakos en el Cobo Ovidio. Mil gracias por tu presencia resacosa aquel fatídico día de mitines mañaneros. ¿Un mate en la tetería satisfaceria tu gratitud? Deudor....
Silencio de 25 largos minutos.
el otro dia con la sobrina y hoy con la abuela, el tema esta muy familiar y con esa foto, todo muy emotivo y tal...
...la sonrisa de sorna y ojillos de pillo son herencia, no?
...
...tu bueno?
...
...que lista es/era (nose) tu abuela...
...
...tu eres de alli?
ºoº
jajaja yo hago eso con mis hermanos! jejeje
A mi lo que más me gustaba de hacer recaditos a mi abuela era que luego nos daba una moneda de 100 pesetas... ¡¡¡un tesoro!!!
Sangre gallega, claro. Se te nota. La otra mitad es navarra, ¿o eres cien por cien gallego?
El Bollo. Ese es mi paraíso. Más que mi tierra es donde está mi alma. Para mi siempre está allí.
Y, supongo, sigues golpeando la pared con el puño.
Son listísimas las abuelas, extraño a la mía.
"El arte de pedir" por abuela de J., seguro que tienes más anécdotas como para escribir un libro. ¡Compártelas!
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