El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Saturday, September 29, 2007

Ser bueno


La última vez que vi a Paco, fue un sábado de junio hace ocho o nueve años, en el hall de la biblioteca de la Universidad de Navarra. Nos encontramos por casualidad, había acabado el curso y yo tenía que convencer a un profesor de que el suspenso que aparecía en el ordenador, era en realidad aprobado. Al salir del despacho, me topé con Paco. Me dio con el puño, suave, en el hombro:

- eres un tramposo. Me ha gustado mucho.


Se refería a un relato que había escrito para él y que empezaba así: Soy fumador desde que X se fué, bueno, desde que me dejó
roto y tirado, hace cosa de dos veranos. Aquellos primeros cigarros de agosto se deshacían en las manos como vapor en el aire. No sabía fumar, es decir, no tragaba el humo y el espectáculo resultaba lamentable...


El comienzo taciturno de la historia fue el origen de un final esperanzador. Y Paco había sido, sin darse cuenta, uno de los protagonistas que alimentaron ese cambio. Él ni siquiera podía haberlo imaginado, porque pensaba que le tenía manía -yo creía que le caía mal-. Y sin embargo, había aprendido mucho de Paco. En sus clases, Redacción I y, sobre todo, leyendo y releyendo sus relatos. Le apreciaba de veras.

Me dijo que se iba a Coruña en un par de días.

- Pero ¿vas a volver pronto?

- Me temo que no. Estaré por allí un tiempo...


Nos dimos un apretón de manos.

En todo este tiempo no hemos perdido contacto, nos escribimos de vez en cuando. Le doy la lata, le mando cuentos que escribo o cosas raras que pienso. Él siempre responde con cariño.

Ayer me llamó por teléfono, me había pedido el móvil en el último correo. Estuve nervioso hasta que cogí. Habían pasado ocho o nueve años. Y era Paco.

- A ver si consigo poner el sin manos...

Me llamaba desde el coche, volvía a casa. Por eso me acordé de uno de mis relatos favoritos de Paco, La frontera. En el que los personajes son su hermano y él. Acaba así:

- Quererle mucho.


(Le dije, no trabajes tanto, hombre. Lo intentaré, me respondió, pero eso de trabajar menos me cuesta mucho, tanto como ser bueno)

3 Comments:

Blogger Ander Izagirre said...

Y si te quiere aunque sea un poco y te lleva a comer jabalí gallego, tampoco está nada mal.

Paco, el espía más sigiloso de la blogosfera.

¡Ay! Alguien me ha dado un puñetazo en el músculo deltoides.

11:45 AM  
Blogger Nodisparenalpianista said...

Era un impostor: Paco después de intentar estrujarte la mano, te da un abrazo. ¿O era al revés?

12:35 PM  
Blogger Iripertinente said...

vaya! y de repente me encuentro en el canodromo el estanco de al lado de mi casa, sospresas te da la vida.

por cierto muy chulas las marmotas.

1:45 PM  

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