El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Monday, October 08, 2007

Desde la profundidad de las tripas. El artista


- Siempre escuchándome tú. Cuando hablas de ti bajas la voz hasta extremos enfermizos... acabas pareciendo un chucho, o un ser o algo que farfulla, no sé, Bofill, como si hablases desde la profundidad de las tripas. No, no cuentas nada sobre tus cosas...

- Es, es que a medida que voy hablando pierdo interés por lo que cuento. No me interesa ni a mi lo que digo, ¿sabes? Me aburre ya sólo pensarme... oírme... así que acabo haciendo ruidos guturales con disimulo, sabes..., y agachando la cabeza... generalmente la gente no insiste, ¿sabes? por no quedar mal... asiente y ya... tan contentos todos...

7 Comments:

Blogger María said...

Esque a veces es difícil hablar de uno mismo... sobretodo de las profundidades...

4:52 AM  
Blogger mi-tacua-uy said...

¡Qué triste!
Lo amplío a toda la humanidad y me revienta, siempre tiene que haber un hombro, una oreja, nadie debería sentirse solo o incomprendido.

6:03 AM  
Blogger J. said...

Vaya, Mariana, a mi me parece más bien gracioso.

No hay que tomarse a uno mismo tan en serio. Sólo en lo estrictamente necesario. Uno debe ser serio trabajando -por ejemplo- pero puede, a la vez, aburrirse soberanamente al hablar de su trabajo. Incluso aunque le guste mucho aquello a lo que se dedica.

Otra cosa es la amistad, que alguien te escuche cuando algo te afecta o te preocupa, no sentirse sólo y todo eso.

No me quejo en absoluto.

6:22 AM  
Blogger mi-tacua-uy said...

No lo decía por mi. Es que simplemente conozco personas que se guardan todo y llegado el momento explotan o son muy infelices. O las ves sufrir sin que permitan a nadie acercarse.
Lo que menos tenía en mente es el trabajo. Es el alma, tal vez tu no te refererías a eso y yo sí. "Desde la profundidad de las tripas" es un tanto ambiguo, ¿no? ;)
Es más, creo que la forma más fácil de evitar una pregunta personal es sacar el tema del trabajo. Cuando le pregunto a alguien que no he visto en un tiempo "¿Cómo estás?" Y me salen con el trabajo, no le dejo más de dos líneas, luego empiezo un tiroteo de preguntas personales, para saber cómo está realmente esa persona.
El quid del asunto es saber cuando parar, y ahí sí que meto la pata, ¡tengo mucho que aprender!
Pero sigo creyendo que hay personas que no tienen un oído, un hombro, que se asombran de que recuerdes preguntar por un padre enfermo, o sobre como le fue en el examen que tanto le preocupaba y que le pareció tal película donde actuaba su actor favorito. Están solos, aunque rodeados de "amigos".
No sé si me expliqué, pero eso es lo que me "revienta".

7:03 AM  
Blogger J. said...

No sé, Mariana. Los bellasartianos, en general, estamos acostumbrados a hablar de sentimientos y de esas cosas raras, de la vida y sus asuntos. Por experiencia, somos difíciles de escandalizar.

En cuanto a los mejores amigos, pues ya te conocen al dedillo y te quieren y soportan tal como eres, igual que tu a ellos. Hay confianza para contar las cosas, siempre que uno tenga necesidad y fuerzas para soltarlas. Con otras personas sabes hasta dónde puedes llegar y no exiges ni te exigen más.


Cuando digo tripas, hablo en el sentido literal. A mi me crujen generalmente cuando tengo habre... o cuando he tomado un café de máquina. Uf.

7:24 AM  
Blogger am said...

Me pasa que cuando hablo empiezo a pensar en otra cosa y luego ya no me acuerdo ni de lo que estaba diciendo, porque ya estoy en otro canal... Creo que a los demás les cuesta mucho trabajo escucharme sin impacientarse con mi forma de ser tan dispersa.

7:54 AM  
Blogger Juan Manuel Escamilla said...

La burla reflexiva (esa que se refiere a uno mismo) es una de las más catárticas terapias.

1:12 PM  

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