El otoño se acerca
Quería leer una poesía de Ángel González, que se titula Estoy Bartok de todo. Siempre me ha hecho mucha gracia ese juego de palabras absurdo y genial. Hay pocas poesías que me hagan reír, tal vez ninguna más. Y buscando Bartok, encontré esta otra del otoño, que no recordaba y tiene ese aire tibio de los primeros días de octubre, aunque no sé bien por qué he dicho esto último:
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
6 Comments:
mas q fuego o vida se llamó aceite y hoy me hace gritar en silencio pidiendo vicodina a mares...
No sabrás por qué lo has dicho pero, la verdad, lo has dicho muy bien.
Y la poesía es bonita. Tranquila. Así me hace compañía hoy que he amanecido con gripe -creo-. Asco de virus.
¡¡¡no!!!
¿porque lo perdieron?... ¿y porque para siempre?... vaya.
vale, vale, no digas nada, pero yo se que a ti tampoco te gusta que se pierda para siempre...
jaja. María, deberías hablar mejor con Ángel González.
Pero sí, hay cosas que se pierdesn, simplemente pasa. Pasa algo y se pierde.
A veces uno pierde sin darse cuenta siquiera de lo que ha perdido, hasta que pasa el tiempo. Es duro.
Perder... ¿perder algo que no se puede tener?
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