Mostaza y heroina
Debería leer el Nuevo Testamento con la frecuencia de antaño. Si bien es cierto que, ya sea por la educación que he recibido -cuyo fruto es una molesta inquietud que no logro sofocar-, o por la admiración inquebrantable que siento hacia Jesús, sin ser erudito, conozco más o menos bien la mayor parte de los capítulos de los evangelios (tampoco hace falta ser místico). Pero de la relectura siempre surgen nuevos matices, aspectos importantes en los que antes no había reparado. O que, por el momento en que vivo, resultan ahora de mayor utilidad.
Ayer leí este hermoso pasaje en que Jesús cura a un lunático y reprende a sus discípulos. Sí, se enfada un poco. Jesús es infinitamente tierno con los pecadores y marginados, pero severo ante la falta de fe de sus amigos y con aquellos hipócritas que hablan o actúan, como les viene en gana, en nombre de Dios. El capítulo se cierra con una arenga breve y hermosa. Para mover montañas:
Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.
Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo, que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Trasládate de aquí allá, y se trasladaría y nada os sería imposible.
Y me acordé de estas palabras de la Madre Teresa de Calcuta que por casualidad había leído el domingo, en un folleto de oraciones:
Tengo la firme convicción de que, para ser cristianos, tenemos que asemejarnos a Cristo. Gandhi dijo en cierta ocasión que si los cristianos fuesen consecuentes con su fe ya no habría hindúes en la India. La gente espera de nosotros que seamos consecuentes con nuestra fe. No busquéis a Dios fuera de lugar, no está allí, sino en vosotros. Mantened vuestra lámpara encendida y lo veréis siempre.
Toda la vida de nuestro Señor, desde el primer momento, fue mansedumbre y amabilidad hacia los demás. Si nos hemos percatado de ello, lo sabemos todo del designo de Dios. Si no lo hemos aprendido, lo hemos perdido todo:
Jesús no predicó una religión nueva, sino una vida nueva.
12 Comments:
...no es muy facil de hacer...
...
....pero, oye, uno que lo intenta...
...
...; )
(y se que con eso no vale)
tengo una amiga que es "forofa de la Madre Teresa" este sábado vuelve de Calcuta... Dijo cosas muy interesantes (la Madre Teresa...)
Seguro que lo vas haciendo, bizcochito. Que allí donde vas se forman corros de oyentes.
María, eso está bien. Supongo que no todos tenemos la vocación y el coraje de la Madre Teresa -recuerdo un vídeo que nos pueso Eduardo en clase de Antropología, se llamaba así: Mother Teresa. Y vaya. Buuuf. Tremenda. Impresionaba muchísimo. Jamás he visto ser humano más libre de sí mismo-, por eso el radio de acción es el de nuestra vida cotidiana. Y no es poco.
un Lassi indio a las 19.00? si es asi da toq silencioso
Muy bueno eso de que el radio de acción es el de nuestra vida cotidiana...
y ¿sabes que pienso? que todos podemos ser un poco "Madre Teresa" a nuestra medida...
Es cierto, María. Podemos, ¿nos atrevemos? Es un compromiso...
María, más que "dijo cosas muy interesantes", fué ella misma muy "interesante", por decirlo con tus palabras, e hizo cosas muy interesantes, también. Fue santa, amó a Dios mucho, y por eso amó a los demás, y lo hizo con obras.
Y algo fundamental: oraba mucho.
anonymous, toda la razón... nada que alegar!
Sí, nos falta fe. Si de verdad creyéramos y confiáramos a ciegas, veríamos claramente. Lo que nos enseñó Cristo es la leche, no hay nada que se le pueda comparar. Si de verdad creyéramos y fuéramos radicales...
Tendríamos que ser más lunáticos.
También decía: hay que dar hasta que duela... algo así.
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