I am a man
Tengo que hacer una ilustración sobre la huelga general en Francia. Inmediatamente, me viene a la cabeza una pintura cuyo autor y título desconozco. Las agrupaciones obreras la usaban hace años para pegatinas y carteles, apelando a la nostalgia. Le pregunto a Iñigo:
¿Tú sabes de quién era el cuadro aquel de huelguistas de aspecto campesino? ... muy de Aitor...
Es suficiente. Y, aunque tampoco sabe el título ni el autor, la encuentra: dos hombres -seguro que tienen nombre y apellidos- encabezan resueltos una marcha y una mujer con su hijo en brazos se dirige a ellos corriendo, implorante. Imagino que la historia acabó en tragedia.
Sin embargo, la imagen es pequeña y sigo buscando en Google. Escribo demostration. Encuentro imágenes sobrecogedoras de la huelga de basureros negros de Menphis, de 1968. Habían organizado una manifestación el 4 de abril que iba a liderar Marin Luther King. El pastor fue asesinado en el balcón del hotel cuando se preparaba a salir. Las fotografías son conmovedoras. Hombres con carteles para recordar que son hombres, I am a man. No puedo evitar acordarme de John Merrick, protagonista de El hombre elefante, cuando grita a la multitud que quiere acabar con él: No soy un animal... soy un ser humano... soy un hombre. Han pasado cuarenta años.
Comienzos del siglo XXI. Atravesamos momentos duros. No dejo de ilustrar noticias desastrosas. Cada día me cuesta más soportar los telediarios. Resulta que apostamos fuerte por el dinero: no da la felicidad, pero ayuda. Qué sandez. Todo lo que teníamos era dinero. Y nuestra posición en el mundo, llegar a ser alguien, se medía económicamente. No éramos mas que eso, funámbulos dando traspiés sobre una línea de crédito. Habíamos comprado la vida que llevábamos. Siempre queríamos más. Así confundimos el ser con el aparentar. Hoy, aquel director del banco que preguntaba por tu mujer te da la espalda. El bienestar era como el mercurio en un termómetro a punto de reventar. Tan contentos con nuestras posesiones; los otros, simple decorado, figurantes, si acaso -los más allegados- personajes secundarios. Un artificio, el dinero, una fuerza ingobernable.
Vemos el drama: perder lo que pagamos (y lo que queda por pagar). Tenemos miedo.
Tirar del carro, arrimar el hombro, consumir. Palabras.
Inyecciones del gobierno, planes de ayuda, confianza (en qué). Parches.
Quizá es hora de recordar, de ser conscientes de que somos hombres entre otros hombres y, cada uno, irrepetible en toda su dignidad, I am a man: mismidades. Sólo así podrá empezar una nueva historia, entre lineas una palabra: caridad.
13 Comments:
¿"El cuarto estado" de Giuseppe Pellizza da Volpedo?
Carajo. Exacto. Éste es. Fantástico.
Gracias!
¡Jaja, de nada! =P
Jaja. Ahora lo que me intriga es tu identidad...
¡Juas juas! Nada de intriga. Como estoy en la Cámara, he escrito muy rápido y no he rellenado la casilla...
Ahora me dirás que vas a museos...
=P
(quizá con mojito...)
me ilustrarías un cuento, javi?
"Quarto Stato", exacto. Lo tengo delante de mis ojos todos los días, lo tengo en el recibidor de la oficina.
A más museos que tú. Y el mojito, después.
A los bancos les limpian el culo los gobarreglando sus desarreglos mientras otros siguen www.sinhogar.org un día más.
Akrata archivero
Todos esos ricos hombretones de corbatas y alto colesterol (debido al marisco) no pintan nada en nuestras calles. Sin embargo, otros que las duermen (las calles o en las calles) si puintan algo en ellas:
http://miquelfuster.wordpress.com/
akrata archivero
Solo piden ser reconocidos como seres humanos. Es tremendo.
I'm a man.
solo eso
Cuéntame, Martín.
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