A lo alto de lo más alto
Agárrate, estilita*, que de ésta puede que te recojan con espátula. Me repito esto con frecuencia, pues ahí fuera, el mundo, pinta feo. Y lo sé bien porque mi trabajo consiste en ilustrar esas realidades que los periódicos vomitan a diario. Así que, en apenas un año, me he convertido en observador penitente de las cocinillas de políticos y otras especies. Sobrevivo con humor, sabiendo que, como todos o casi todos, formo parte de las partes pudendas (que no pudientes), tan susceptibles a los puntapiés. Sobrevivo soltando lastres -fuera ataduras materiales. Menos peso, que espetaba mi peluquero al concluir la faena- y diciéndome muchas veces, resiste. Sin quejarme. Sin rendirme, ¿A donde vamos, Javi? A lo alto de lo más alto**. Vamos a crear belleza, vamos a plantar cara.
También yo he tenido que recortar gastos. A finales de diciembre dejé mi estudio, y con él a mi amiga Marilia, en Ansoáin. Así son las cosas: vuelta al canódromo, a mi celda en el último piso de una torre de Marfil (perfectamente equipada, eso sí). No miro atrás, lo que fue ya pasó. Que el bolsillo me suelta un derechazo, bien. Bien, realidades. No es la primera vez. No me compararé, hay tantas vidas posibles como personas.
Lo normal sería... deberías... lo mejor, yo de ti, recomiendan algunos detractores de la rareza. Haz esto, o lo otro, tantos pájaros en la cabeza. A veces pienso que llevan razón. Y regreso a casa madurando un plan de desarrollo sostenible. Y me echo a dormir más tranquilo pero, por la mañana, al salir de la cama y poner los pies en el suelo, me vuelvo a preguntar, ¿A donde vamos, Javi? A lo alto de lo más alto.
*adj. y com. [Anacoreta] que por mayor austeridad vivía sobre una columna.
**Así se arengaban The Beatles, unos a otros, en su etapa en Hamburgo. Eran tiempos duros
7 Comments:
Me subo contigo allá arriba.. A los de abajo, ¡que les den con su sensatez!
Las mejores miras para alcanzar la mejor meta. ¡Y con la mejor banda sonora! Me apunto yo también.
Y fijate que cambio dieron, de sus terribles grabaciones en Hamburgo a donde llegaron, efectivamente, al top of the top.
Buen grito de ánimo.
Eres un superviviente! Me da envidia esa coherencia que llega hasta lo alto de lo más alto. Yo sigo aspirando a tenerla, pero no soy tan fuerte. Por eso te acompaño allá arriba en todos mis sueños. Sólo que al final siempre despierto...
"Detractores de la rareza", je, je... De tractores de la rareza nos alimentamos.
Ánimo, J. Los buenos saldrán adelante. Y nosotros también.
Por cierto, me llamaba la atención que en Argentina el grito de ánimo más frecuente fuera "¡aguante!". Me parecía un signo nefasto. Y ya está aquí...
es genial, jotin
bettyboop
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