Bueno
Mi móvil saltó del bolsillo y se cayó por las escaleras de caracol. Plim, plam, pom, toc, clinc, clonc, clinclinclin. Qué despilfarro de volteretas. Ahora es sólo una sombra –sombra puñetera- de lo que fue. Sin embargo, tan puñetero, sigue conectándose a internet por su cuenta cada mañana, sacando fotografías al bolsillo del pantalón y llamando a horas intempestivas a cualquiera que tenga la desgracia de pertenecer a la agenda (aquí manda el azar).
Tiene ahora –además- otro vicio, sólo funciona correctamente desde cualquiera de mis dos camas: la de Mutilva y la de Barakaldo. O sea que, si me llaman, necesariamente he de correr hasta la habitación y tumbarme en el catre para que se me escuche:
J., tienes voz de dormido, ¿te encuentras bien?
...bueno...
8 Comments:
Maldito móvil el tuyo, cuántos disgustos...Y lo peor es la incomunicación...
no hay porque poner excusas para visitar camas!
Vaya. Un teléfono con mucha personalidad. Me recuerda a una novia que tuve.
Ah fariseo... mañana te llamo (viernes) y llamó, llamó el silencio...(sabado)
No te me transformes en más judas que a quel que porta boina
Silencio
Las novias tambien hacen clinc-clinc- clinc.
Fue imposible. Perdóna, wey.
pitxitos también quiso y... entonces fue imposible para mi tb.
Cuestión de silencios, coberturas y siniestros envites peregrinos
Silencio
Mi hermana se enojó el otro día y tiró su movil contra la pared. Anda como si no le hubiera pasado nada. Y ella dice que ese celular es una cagada.
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