El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Wednesday, May 23, 2007

Un poco de leche caliente


El taxi nos dejó a la puerta de casa. Con el ruido del motor se fueron encendiendo las luces, de arriba abajo, hasta la bombilla desnuda del patio, sobre el dintel de la puerta de la entrada. Quedaban todavía dos horas para que amaneciese. La abuela salió abrazándose con la bata. Hacía fresco.

Abuela María dijo: Me habéis hecho la mujer más feliz del mundo. Si me hubieseis avisado habría comprado algo de comer. Tendría todo preparado. Las camas hechas...
Dejamos las maletas en el pequeño comedor.

La abuela sacó de la despensa un bote de Cola Cao y calentó una jarra de leche.

Hace más de veinte años.

Puedo paladearlo, todavía caliente. Nunca he tomado nada más bueno en la vida.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

El patio...cuántos recuerdos. Cuántos y todos buenos.

6:25 AM  
Blogger eresfea said...

¡Ah...! ¡La memoria de los sabores tiene algo de imposible! El sabor necesita reencontrarse para reconocerlo plenamente. Si no, es algo que se mueve por la lengua y el paladar, pero sin definición.
Y de por medio está firme todo lo demás en la memoria de la abuela. Eso no necesita papilas gustativas.

6:44 AM  
Blogger J. said...

Maravilloso patio. Altura.

11:26 AM  
Blogger am said...

Genial el post. Y el video...

2:12 PM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home