Humano Lopez
Lo que hace grande a Antonio López es su tremenda humanidad.
Hablamos mucho de pintura los días del taller en la Universidad de Navarra. Le presenté a Paula antes de hacerle la entrevista, veo que os llevais bien, ¿por qué no te quedas con nosotros?
Pero, lo más de lo más, fue cuando se acercó cuando pintaba y me miró fíjamente por debajo de los ojos:
Cuidado, Javi, tienes óleo blanco en los labios. Es muy venenoso. Espera, no te muevas, ¿eh?
Me quedé clavado, claro, y él salió corriendo en busca de un clinex. Luego me pasó el pañuelo por los labios, humedeciéndolo antes con saliva, como si fuese un abuelo limpiando a su nieto.
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De mi visita a su casa guardo varios recuerdos pequeños. Y una frase: "aquí estaba el membrillero de la película de Víctor. El pobre murió de viejo". Acto seguido se rió de mi corte de pelo.
Esa tendencia de los pintores a ver morir los frutos. Edu, otro López, se llevó del taller una calabaza verde, enorme. Ahora tiene un color tierra, casi butano.
por favor, Javi saliva es con v.
y tu y tu naranja.
Gracias, Ángela. Corregido. Además de la naranja tengo una castaña. Pero esa es otra historia, y la contaré más adelante.
tan cercano como cuando dijo de lo que estaba pintando yo entonces: la pureza, la emoción en cada trazo es algo maravilloso,
refiriéndose a la falta de experiencia
qué grande Antonio!
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