El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Monday, June 04, 2007

Veleidades


Iruña lo había decidido así el día de la inauguración de Veleidades: celebraríamos su exposición con una cena en La Servicial, el 2 de junio. El sábado nos encontramos allí, con Iruña, cinco discípulos: Marta, María, Naroa, Iñaki y yo.
De los que estábamos, fui el último en entrar al estudio y, de eso, hace ya diez años. El presente de los que pasamos por el taller de la calle San Antón es variopinto; hay desde un psicólogo a una bióloga y también: aparejador, masajista, restauradora, monitor de buceo, enfermero y el pluriempleado Gonzalo, que nadie sabe qué hace porque es imposible seguirle la pista.

En la mesa me tocó sentarme en frente de Iruña, lo cual fue un alivio, dado que, a mi izquierda, el tema de conversación era el precio desorbitado de la vivienda. Iruña, en cambio, siempre habla bonito de pintura. Sólo hay que escucharla para comprender que pertenece a una estirpe de pintoras en extinción: vive en una realidad diferente, inviolable, donde la pintura se mezcla con la vida y la vida es belleza.

Nos apoyamos el uno en el otro, hablamos de nuestras cosas:

- Javi, creo en ti. Tus cuadros son increíbles, sinceros. Tú vas a triunfar... si algún día abandonas la pintura dejaré de hablarte.

Iruña siempre me ha dicho eso, que cree en mí.

Ahora los dos somos bucaneros en el desierto, de todos los que pasamos por el taller, los únicos que seguimos ejerciendo de pintores. Naroa también, pero sólo a veces.

Supongo que ha de ser así, que unos cambian y otros no. Lo que ya no sé es si somos nosotros los que nos hemos quedado atrás o han sido sus sueños.

13 Comments:

Anonymous Anonymous said...

A mi me encantaba la sensación de lenvantarme los sábados luminosos a la mañana e ir a su esperpentico estudio de la callejuela San Antón.
Entrar haciendo crujir la madera vieja y pintarrajeada del suelo. Y poner mi caballete a lado de los ventanales mientras Iruña aparecía y desaparecía entre paletas bajo la estridente música de la radio de los sábados.
Fue hace mucho, y era pequeña, pero que ilusión me contagiaba por pintar!
Siempre me ensimismaba que se llamara Iruña.
Buenos tiempos..

2:43 AM  
Blogger Ander Izagirre said...

Iruña-Veleidades:

http://veleia.com/

3:04 AM  
Anonymous Anonymous said...

me gusta el cuadro de la derecha. si tienes alguna fotillo enviamela por mail mariquita...

pd y fuera de tema, ¿como va lo de txupi?

3:58 AM  
Anonymous Anonymous said...

Hace años tenía una postal del Lupo Alberto con cara de velocidad: "El trabajo me persigue, pero yo soy más rápido". Me hacía reír. Siempre me he reído con cosas muy tontas. ¿De los sueños también escapa uno queriendo o simplemente se caen?

4:34 AM  
Blogger J. said...

Mònica. Unos sueños se van, pero nacen otros. Eso lo sabes.

No pasa nada.

Los sueños, por lo demás, deben ser como el rey de El principito.

4:36 AM  
Blogger Nodisparenalpianista said...

De los sueños te despiertan, ¿no? Pero vuelven a veces.

4:51 AM  
Anonymous Anonymous said...

¡Qué fácil era! De los sueños te despiertan. Pues me alegro. Espero no sonar cínica. No lo soy. Gracias, pianista.

5:25 AM  
Anonymous Anonymous said...

Uno de los mejores relatos de El canódromo... Se que alguna vez he dicho lo mismo de otros. Pero este es especial, en serio. Cuánto se agradece, a veces, que crean en uno. Digo a veces porque lo importante es creer en uno mismo. El que cree en sí mismo no necesita que los demás crean en él. Pero insisto, qué bien viene que crean en uno. Y más si es alguien tan especial como Iruña...Siempre deja una huella, suave pero imborrable.

5:37 AM  
Blogger Nodisparenalpianista said...

Información de servicio, Mònica. Dos dñías sin dormir y tu sueño es el sueño. Una pesadilla. Hechos de sueños.

8:28 AM  
Blogger J. said...

Te despiertan y te despiertas. Digo yo. No sé.

10:52 AM  
Blogger J. said...

Cierto, Silvia. Contamos con dos psicólogos. Estamos bien atendidos.

3:59 AM  
Anonymous Anonymous said...

No creo que hayamos dejado atrás nuestros sueños. Aunque habría que plantearse si los teníamos, realmente. En mi caso, he cambiado el material: del lienzo pasé a la escritura, y de ahí, sin dejarla, al lienzo en movimiento. O algo así. Y en eso andamos

5:19 AM  
Blogger J. said...

Bueno, Nomeacuerdo, siempre has sido el moderno. Tu sueño era comer turrón. Y ya comiste, ya.

9:28 AM  

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