Quieta ahi, tus labios o la vida
NOTA: escuchar a Ismael siempre con moderación.
Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener
valor para buscarte y cometer
todo delito que este amor exija:
- Quieta ahí, tus labios o la vida.
posted by J. @ 1:18 PM
16 Comments:
hay que armarse de valor...
Te doy mis labios, mis ojos y hasta la vida...
Hay que armarse, María. Y lo que cuesta...
mucho, marta... muchas veces cuesta la vida...
Ah, cenicienta. Eres un encanto. Nunca, nunca desveles tu secreto.
No lo haré, porque tu me lo pides...
pero, no te da curiosidad?
No, no, Cenicienta. Siempre he creído en los amores imposibles. La curiosidad podría ser un manotazo.
¿Quién quiere realidad?
Ahora nos mantenemos es un feliz estado de ignorancia.
Imagínate que eres, por ejemplo, Jordi González, el presentador de La Noria. Pues menudo planchazo de cenicienta. O rajoy. O Zapatero.
¿No crees?
Es lo que tiene la red. Ahora eres cenicienta, y mira qué contentos los dos. Digo yo.
Sí... lo creo... pero sólo para que sepas yo de presidente, de político y de presentador no tengo nada. Soy una simple Cenicienta...y contentos los dos...
¿Cenicienta o una simple cenicienta?
Lo malo de las cenicientas es que siempre están trabajando. Nunca hacen caso porque están ocupadas. A veces es frustrante.
Y no hay quien gane para zapatos.
Pero, ¿te olvidas del hada madrina? Ella nos consigue todo, hasta los zapatos cuando los perdemos.
Para ti, Cenicienta. Para el mundo, una simple cenicienta...
Pero... Cenicienta curiosa, porque no soy yo muy azul, sino un poco lacayo... no sé, creo que no... merezco el honor... al no ser que seas una cenicienta republicana...
Eres curioso tú, queriendo saber si soy republicana o no... no lo soy, pero si lo fuera, ¿importaría?
"Yo soy del sur, tu eres del norte... no hablamos el mismo idioma pero haremos que no importe..."
Bueno, la historia de cenicienta es que va al baile del principe azul con zapatos de cristal y el principe se anamora y tal.
El problema es que a mi a esos bailes de alcurnia no me invitan. Ya te digo, heredé manos de obrero...
Todos los cuentos de hadas están llenos de símbolos.
En el mío, la zapatilla sólo es un pretexto para encontrarse, al que el príncipe se aferra para confirmar la existencia de Cenicienta.
El baile bien podría ser cualquier lugar... un café, una avenida, un...
Cuánto misterio, Cenicienta. Qué cosas, ¿verad?:
"En el mío, la zapatilla sólo es un pretexto para encontrarse, al que el príncipe -gañanazo, en mi caso. Añado- se aferra para confirmar la existencia de Cenicienta".
Para revelado de identidades anónimas está el apartado de correos canodrómico: Buzón-Bozal.
me apetecía escuchar esta canción.
gracias
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