Fechas (II)
Es absurdo justificar un recuerdo. También intentar acertar qué siente alguien cuando recuerda algo, si ronronéa o se tortura.
Sabemos, en cambio, que el ramito de violetas de Cecilia -como siempre sin tarjeta-, lo enviaba el marido.
Pero esa fecha no la recuerdo.
Quizá alguno crea que conoce parte de esta historia, o toda entera. De todas formas, con pruebas no concluyentes, deberíamos evitar formular un juicio. Porque corremos el riesgo de equivocarnos. Para qué, digo yo.
Probablemente me acuerde de ella cada quince de noviembre mientras viva, o no. Quién sabe.
Sin dolor. Y con mucho cariño.
Porque, simplemente, fue la protagonista, perfecta o imperfecta; tan perfecta o imperfecta como yo -qué importa-, de una bonita historia.
2 Comments:
la actitud tendría que ser más de un quien te quita lo bailado que de angustia, pero no siempre se consigue
y siendo estrella del rock sigue tan estupenda, con su voz gutural y su look de actriz de los años 50
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