El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Wednesday, February 25, 2009

Qué grandísimo bobo eres



Llegaron a casa, no sé cómo, tres o cuatro cassettes de cuentos. Me gustaba escucharlos tumbado panza arriba, descifrando las manchas del techo. Ayer, mientras dibujaba y descifraba mis propias manchas sobre el papel, pensé en el único que recuerdo.

El protagonista se llamaba Alí, pero no se apellidaba Babá. La familia de Alí era muy pobre. Tan pobre como puede serlo una familia pobre de cuento.
El caso es que la madre le regaló por su cumpleaños un sombrero. El niño se había empeñado en tener uno, como el resto sus amigos (como el resto de los mortales, pensaría él). Imagino los materiales humildes: el hilo, la tela. Imagino también -me emocionaba esa parte- a la madre ahorrando para poder comprarlos y luego tejiendo a escondidas para sorprender al hijo.
Al pequeño Alí le encantó el obsequio de su madre. Salió con él puesto, orgulloso a la calle. Un muchacho rico, imagino un potentado con su séquito de chupapollas -con perdón- a la espalda, le detuvo, asombrado por el sombrero, prendado de la prenda. Tanto es así que le ofreció a cambio lo que ahora serían muchos euros y propiedades sin hipotecas. Así funcionaban las cosas y así siguen funcionando. Sin embargo Alí no aceptó el trato, vamos, ni de coña. El potentado -príncipe, o lo que fuera- se largó, también imagino, con el rabo entre las piernas. Como quien dice.

Total, que cuando llegó a casa le contó lo ocurrido a su hermano mayor. En los cuentos los hermanos mayores sueles inteligentes, realistas y cabronzuelos. Recuerdo bien lo que le dijo:

Pero Alí, qué grandsimo bobo (que no Babá) eres, ¿No ves que con ese dinero mamá podría haberte comprado miles de sombreros? (sombreros, personas: qué más da).

Alí respondió:

No sería lo mismo.

Y, bueno, confieso que el final se me olvidó. Ya hace mucho.

5 Comments:

Blogger Paco Becerro said...

El final da igual...

La historia es bonita.

Y la foto del Ministro de Andares tontos de Monthy Pithon genial...

4:24 AM  
Anonymous Anonymous said...

Palabronitis, hoy te has levantado rebelde. Bonita historia.

9:24 AM  
Anonymous Anonymous said...

Me gusta eso de que Alí quedó "prendado de la prenda".

Contaste el cuento mejor que en el cassette, segurísimo que sí.

9:38 AM  
Blogger servidora said...

Estoy con Alí. No sería lo mismo :-)

1:15 PM  
Anonymous Anonymous said...

Menos mal que era un cuento. En la vida real el príncipe se habría llevado el gorro por la gorra y la pandilla de "chupapollas" le habrían dado al bueno de Alí una somanta de aupa.

2:57 AM  

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