El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Sunday, September 30, 2007

Jose que pinta


Jose pinta mucho –me da mil y una vueltas con el pincel en la mano-; tiene orden, disciplina, talento y una destreza natural para enfrentarse a las superficies en blanco. Estoy orgulloso de él, por eso me gusta recordar en voz alta que le enseñé dibujo artístico cuando era sólo un crío (aunque en realidad fuesen sólo cuatro o cinco clases y él, por supuesto, ya dibujase mejor que yo).
Jorge dice que posee tanta facilidad que debería empezar a pintar con la mano izquierda, para ponerse algún obstáculo. Como Chillida.

Tenemos -eso sí- el carácter parecido, marcado por una inseguridad casi cómica, si bien él se transforma cuando pinta, hasta el punto de parecer arrogante. Antonio López –que admira el don de Jose y se asombra con sus trabajos- le regaña por eso, por el exceso de seguridad. Yo me río cuando le dice que es demasiado presuntuoso, siendo que es, en realidad, todo lo contrario lejos de su paleta. Juanjo Aquerreta, que es un observador crónico, le dijo en el taller: tú tienes muchas cosas en común con él, me señaló a mí.
Y yo bromeo: estás jodido, de mi sólo has heredado la desidia. Sí tío, qué jodido, se ríe.
A veces, me gusta pincharle: Jose, ya me jodería tener una novia que pintase mejor que yo. Y es que Silvia, que estudia Psicología en Deusto y no Bellas Artes en la UPV como nosotros, pinta francamente bien.

En todo caso, y a mi me parece una virtud, Jose habla de lo que pinta o dibuja con orgullo de padre: tienes que ver el retrato que he hecho de una vieja, una de esas solteronas ricas y arrugadas, con el pelo morado y nariz ganchuda, que van al mismo café todas las tardes a cuchichear; es cojonudo. Cosas así.
Suele enseñarme sus trabajos para que le de mi opinión. El último fue un retrato increíble. Mientras yo miraba el cuadro, él describía al personaje por dentro y por fuera:

- Jose, deberías anotar las descripciones que haces de lo que pintas, son bonitas de veras. Escribes bien, muy bien. Ya lo sabes. Serían anotaciones valiosas, sobre todo para el futuro… Chagall describía las escenas que pintaba, preciosas.

- Es que me da cosa, sabes… al describir, siento que desnudo a la persona, que descubro cosas que pueden ser demasiado íntimas y...resulta… bueno, puede ser violento.

- Entiendo lo que dices y, sin embargo, podemos –por ejemplo- vejar a cualquiera y dejarlo a la altura del betún sin que nos tiemble la voz, o el pulso. Jose, la descripción que has hecho es bonita y muy sincera… no me parece, no sé, impúdica…


- ¿Tú crees? A mi me da un poco de miedo… decir las cosas así…

- Puede ser, sí. Puede ser. A veces, tanta belleza duele… al fin y al cabo, toda belleza es verdad.



En la imágen, un cuadro tierno y maravilloso de Jose: un enano en el metro de Bilbao.

El blues de un canalla



Con todos ustedes, el auténtico Joaquín Sabina, rockero y canalla.

P.D: Me hubiera gustado poner Aves de paso, que es de mis favoritas, pero sólo he encontrado la versión que interpreta con Miguel Ríos.

Y gracias a servidora, podemos escuchar la versión del álbum Yo, mi, me Contigo.

Pajaros y periodistas


Soy (in)condicicional de Joaquín Sabina. Qué le voy a hacer si me parece un personaje entrañable, incluyendo su lengua de trapo: anacrónica, contradictoria y repetitiva. Y, por supuesto, disfruto una y otra y otra vez sus canciones de historias extraordinarias.
A Joan Manuel Serrat apenas le he escuchado, pesa un poco, aunque ya sólo el primer acorde de Mediterráneo me viaja en la memoria, real o imaginaria, a Valencia, mi tierra paterna.

Ayer cayeron dos pájaros de un tiro en Pamplona – un nombre para la gira muy propio de Sabina-.
El concierto fue un éxito, lleno en la plaza de toros, y el público que salió contentísimo. Yo me quedé en casa, tan pincho, viendo Un americano en París. Me daba pereza la ortopedia del montaje: Sabina y Serrat, poetas. Así, en la portada de Diario de Navarra: Dos poetas cómplices hechizan Pamplona. Muy periodístico, claro: Poetas. Y el jueves, un reportaje a doble página en el que cuatro o cinco jóvenes poetas hablaban sobre los dos pájaros haciéndoles bien la rosca. Hale.

Y no vale. Porque Serrat y Sabina serán músicos, compositores, letristas, cantantes -lo que sea-, pero no poetas. Y son dos grandes en lo que hacen, canciones, pero me revienta que se mezclen así las cosas. Poetas, por poner un ejemplo, son Ángel González y Leopoldo María Panero. Y si hubiesen ocupado ellos ayer el escenario de la plaza de toros recitando sus poesías, no hubiera habido más público que la arena y una docena de la nueva e inquietante especie de los cazaconferencias.
Y a mi que me gustan los buenos letristas y los buenos poetas. Pero son "cosas" diferentes. Como las pateras y los cayucos.


P.D: Tengo la discografía entera de Joaquín Sabina, su biografía, Perdón por la tristeza (floja) y un volumen precioso con las letras de todas sus canciones. También el libro de poemas, Ciento volando de catorce: indigesto.

Saturday, September 29, 2007

P.S I love you



Es cierto, I'm looking trhough you dice que el amor puede marcharse, así, sin más. Tal como vino. Duele.

Y, sin embargo, la mayoría de las canciones de The Beatles hablan del amor con ternura e ingenuidad alegre y desenfadada -a veces pícara-, tan difícil de encontrar hoy que estamos casi todos pasados de rosca. Quiero cogerte de la mano; no sabía lo que podía llegar a significar un beso, esas cosas. Echo de menos escuchar o decir palabras así de sencillas, sin pólvora. Suenan sinceras. Esta canción, PS I love you, del primer disco, Please, Please me, es clara, limpia. Un cálido rayito de luz:


AL ESCRIBIR ESTA CARTA
TE ENVÍO TODO MI AMOR
RECUERDA QUE SIEMPRE
ESTARÉ ENAMORADO DE TI

ATESORA ESTAS PALABRAS HASTA QUE ESTEMOS JUNTOS
GUARDA TODO MI AMOR PARA SIEMPRE
P.D. TE QUIERO, TE QUIERO, TE QUIERO

VOLVERÉ A CASA CONTIGO, AMOR
HASTA ESE DÍA, AMOR
P.D. TE QUIERO, TE QUIERO, TE QUIERO


Nota: Esta versión en directo pertenece a un un programa de radio de la BBC, que los Beatles frecuentaron durante tres años.

Encargos



De vez en cuando, recibo encargos especiales:


Hola, J.

¿Qué tal todo por ahí?


Por aquí todo bien. Catita vio la camiseta de marmotas que nos dibujaste hace años y no para de preguntar a ver por qué no sale ella también en el dibujo. Cuando tengas un rato, ¿podrías dibujar una versión actualizada con las dos nuevas marmotillas? ¡¡¡Así hacemos otras camisetas !!!

¡Un abrazote!

Allendegui

Ser bueno


La última vez que vi a Paco, fue un sábado de junio hace ocho o nueve años, en el hall de la biblioteca de la Universidad de Navarra. Nos encontramos por casualidad, había acabado el curso y yo tenía que convencer a un profesor de que el suspenso que aparecía en el ordenador, era en realidad aprobado. Al salir del despacho, me topé con Paco. Me dio con el puño, suave, en el hombro:

- eres un tramposo. Me ha gustado mucho.


Se refería a un relato que había escrito para él y que empezaba así: Soy fumador desde que X se fué, bueno, desde que me dejó
roto y tirado, hace cosa de dos veranos. Aquellos primeros cigarros de agosto se deshacían en las manos como vapor en el aire. No sabía fumar, es decir, no tragaba el humo y el espectáculo resultaba lamentable...


El comienzo taciturno de la historia fue el origen de un final esperanzador. Y Paco había sido, sin darse cuenta, uno de los protagonistas que alimentaron ese cambio. Él ni siquiera podía haberlo imaginado, porque pensaba que le tenía manía -yo creía que le caía mal-. Y sin embargo, había aprendido mucho de Paco. En sus clases, Redacción I y, sobre todo, leyendo y releyendo sus relatos. Le apreciaba de veras.

Me dijo que se iba a Coruña en un par de días.

- Pero ¿vas a volver pronto?

- Me temo que no. Estaré por allí un tiempo...


Nos dimos un apretón de manos.

En todo este tiempo no hemos perdido contacto, nos escribimos de vez en cuando. Le doy la lata, le mando cuentos que escribo o cosas raras que pienso. Él siempre responde con cariño.

Ayer me llamó por teléfono, me había pedido el móvil en el último correo. Estuve nervioso hasta que cogí. Habían pasado ocho o nueve años. Y era Paco.

- A ver si consigo poner el sin manos...

Me llamaba desde el coche, volvía a casa. Por eso me acordé de uno de mis relatos favoritos de Paco, La frontera. En el que los personajes son su hermano y él. Acaba así:

- Quererle mucho.


(Le dije, no trabajes tanto, hombre. Lo intentaré, me respondió, pero eso de trabajar menos me cuesta mucho, tanto como ser bueno)

Friday, September 28, 2007

El amor tiene la mala costumbre de desaparecer de la noche a la mañana


En general, detesto los montajes caseros que cuelgan en Youtube espachurrando canciones de los Beatles. Para eso soy tiquismiquis. Y oficialista. Y gruñón. Insanas manías de beatlemaníaco, reconozco. Me estoy quitando. En este caso, el video -un cocktail de imágenes arbitrarias- no molesta demasiado, aunque yo recomendaría cerrar los ojos o mirar a otra parte y escuchar la canción así, sin más, tranquilamente:

Why, tell me why did you not treat me right?
Love has a nasty habit of disappearing overnight

I'm looking through you
Where did you go?
I thought I knew you
What did I know?
You don't look different
But you have changed
I'm looking through you
You're not the same


I'm looking through you

Se cruzaron


Se cruzaron las miradas apenas un instante. Ocurrió y nada hizo presagiar que sus almas habían nacido del mismo barro. Antes o después volverán a encontrase, en cualquier otro lugar, de una vez para siempre.


La imagen es de Mauro A. Fuentes.

La castaña


Tengo una castaña. No cualquier castaña. La mía es pilonga, con una rayita de rotulador verde que marca su eje central. No me la regaló un ángel, sino Ángela, la noche que nos despedimos en el irlandés de Moyúa.
Nos conocimos cuando ella empezó Bellas Artes, un año después que yo. Nos presentó Sandra, su prima y mi amiga, en medio de clase de Dibujo y Sistemas:

- Muñocín, enséñale tus dibujos a mi prima.


Un taco de ilustraciones y caricaturas.

- Hale, toma.

Dijo una sandez que no recuerdo. Creo que me llamó fondón.

Parece inglesa, o francesa, pensé; pálida, rubia natural, ojos azules. Rara. Una chica erasmus.

Ese día comimos juntos, en comedores. Ángela pidió Pizza. Se la dieron con sorpresa: un pelo largísimo y ondulado que le quitó el apetito. Le tomé el suyo: qué suerte, yo también quiero uno. Se rió. Me cayó simpática.

Por eso empecé a pasarme por delante de su clase de escultura: estaba modelando en arcilla una castaña pilonga sobredimensionada - me pareció estupendo que hiciese algo tan simple en una facultad donde abunda lo pretencioso-. Me quedaba clavado en la puerta y le hacía gestos desde el pasillo para hacerla reír cuando le atendía la profesora. A veces se escapaba y echábamos un cigarrillo, siempre mío. Así nos fuimos haciendo amigos:

- ¿Por qué llevas eso?

- Tengo codo de tenista.

- ¿Juegas a tenis?

- ¿Estás loco?

- Loco es un término muy amplio...

- Me caes bien, eres mofable.


También nos encontrábamos en el autobús:

- Tengo novio.

- Y a mi qué me cuentas.

- CROOOOACCC (eructo)

- Pero tú...

- Le conquisté así. Se fijó en mi cuando eructé en un autobús.


Luego vinieron las conversaciones de bar, o en alguno de los bancos del paseo de la ría -si había poco dinero-, con cerveza y a cualquier hora del día. Cenas, salidas nocturnas entre semana. Decenas de historias que no puedo contar aquí.

Ángela, que aparece y desaparece; que se acerca y que se aleja y que cuando llega, llega siempre tarde. Sabe cómo lograr que me enfade. Consigue hacerme rabiar:

- ¿Por qué te escondes, a veces?

Y se pone colorada:

- Pero si yo no desaparezco. Eres tú. Te echo de menos.

- Tramposa.

Ahora, Paloma, o Ángela, acaba la carrera en Estrasburgo. Bilbao, sin Caperucita Roja.

Y yo que tengo, sobre la mesa de dibujo, una castaña. No cualquier castaña. La rayita verde.

Thursday, September 27, 2007

Sindrome de Estocolmo de la especie Sanmamesino y otras ausencias


Quiero pensar que fue una pesadilla. O una fiebre pasajera. O una anomalía transitoria, en plan dejá vù. Sucedió esto:

Alberto (preocupado): J., ¿te has enfadado porque ha perdido EL BILBAO?

Yo (ofuscado por el 1-2. Y sí, lo reconozco, gruñí): Serás. El A-T-H-L-E-T-I-C, querrás decir...


Qué desliz. Yo que siempre, El Bilbao y riendo cada derrota rojiblanca.

Estoy que tiemblo. Me lo haré mirar.

- Nota 1 para el autor. A tener en cuenta en el futuro: No hablar de fútbol con Marta.

- Nota 2 para el autor. Escribir mil veces: SE DICE: EL BILBAO, SE DICE: EL BILBAO, SE DICE: EL BILBAO...

Artista underground


- Me han ofrecido un curro.

- ¿Bueno?

- Mejor.

- O sea, que te untan.

- Y mucho.

- Pero vas a rechazarlo. Porque te gusta estar en paro. Eres un artista maldito y odias el trabajo remunerado...

- No. Lo acepté, pero al salir de las oficinas meé en una esquina del ascensor.

- Bien hecho.

- Y cuando me paguen, pienso quemar el cheque delante de sus narices.

- Y desnudo.

- En pelota picada. Y gritaré: говно*

- Así. La fama no te ha cambiado, tío...

- Soy andergraun, tú sabes...


говно*: Caca, en ruso.

Texto escrito en colaboración con Nomeacuerdo.

Ander, que vuelve. O casi. Mas adelante, dice. Pero nada de ya si eso


El bloguero itinerante asentará sus raices en la red. Nos vamos a poner las botas. Leer. Leer.

Mientras tanto, nos mantenemos a la espera. Zampando Vespas.

Wednesday, September 26, 2007

En la trinchera


Todavía no han comenzado a cruzarse las primeras dudas, los silencios, las heridas, el miedo a la derrota. Esta vez, quiero olvidar todas las reglas, las estrategias entre líneas y los códigos cifrados. Hoy sólo pienso en la vida al otro lado de tu frontera. Ven, aprovecha el instante, este breve y frío instante en el que no existe el tiempo; salta a la trinchera y agárrate fuerte de mi mano; cuídame, no te vayas nunca -yo prometo no dejarte sola- lejos de mi cuerpo.

Viaje al INEM



1

El INEM me recuerda a las revisiones médicas a las que nos sometían en el colegio: nos poníamos en fila, en el pasillo, e íbamos pasando de uno a uno a la enfermería. Y allí nos miraban de arriba abajo. Era muy embarazoso.

Ayer estuve en el INEM. Hay dos oficinas contiguas en la calle Aoiz, entré en la primera: diversidad en la sala, mucha gente rara. Cogí número –recordé también la pollería del mercado de Barakaldo- y me senté entre una filipina y un rumano. Cuando me fijé en el resto de los compañeros de espera, me invadió un profundo sentimiento patrio – ésto sólo me pasa en los mundiales de fútbol-, va a ser que aquí no. Miré el número, 0B- 68, uf, y me puse en pie ante los ojos expectantes de la multitud foránea. Pasé a la oficina colindante. Excepto información -una pareja-, el resto de mostradores estaban vacíos. Una mujer me hizo un gesto de, por aquí. Pase, pase.


2

A ver, qué quieres. Cuéntame…

Sólo, sólo quería… darme de alta.


Me mira con un gesto ambiguo, entre la satisfacción y la extrañeza. Enarca una ceja. La mujer, que ronda los cincuenta y muchos, no para quieta. Su rostro es un borrón.

Qué interesante…

Mucho.

Dame tu DNI, mocé…


Se lo paso y lo coloca a un lado del teclado. Pulsa las teclas con el índice. Me empieza a caer simpática.

Vaya, tu no eres Juan García, ¿verdad?

De momento no. No…

Pues tu DNI está duplicado…


Me tiembla el párpado:



Pero no pasa nada… no-pasa-nada, alguien que se habrá equivocado, a veces pasa. También en los bancos. Ya conozco casos, ya. Menudas caras, jeje. Con la hipoteca, imagínate…


Empieza a darle a las teclas con el dedo, haciendo pequeñas pausas en las que mira al infinito. Canturrea nosequé de camino de Ochagavía, tararí-tarará:

Ya. Mira, aquí estás. Te diste de alta en el 2004: título de bachiller…

Ahora soy… L-I-C-E-N-C-I-A-D-O.

¿Siiiiiiiiiii? Vaya, qué bien, ¿no? Fíjate, se me acaba de ocurrir un chiste.¿Te lo cuento?

Bueno, no te diré que no. Me lo vas a contar de todos modos… adelante, por favor…

Voy a hacerle la tarjeta del paro al licenciado vidriera.


Se parte sola. Me quedo frío. Asiento:

Es bueno… msí…

¿Sabes quien es el licenciado vidriera?

Sí, el protagonista de un entremés de Cervantes…


Sabía que la palabra, fíjate, me venía a la cabeza cuchara y es eso, entremés, jejeje. Me ha venido a la cabeza del colegio… y mira que han pasado años…

Como Rinconete y Cortadillo…

El viejo celoso…

El vizcaíno fingido…

El retablo de las maravillas…

Juez de los divorcios…


Y así un buen rato, de entremeses. Hasta que que agotamos la memoria.

Mi recién descubierto parecido a Fray Escoba, que no a El Che, debe haberle despertado su instinto maternal. Y, cuando le digo que he estudiado Bellas Artes, se emociona un poco. Me rellena ella sola el formulario de opciones, sin preguntarme nada. Me cuenta la historia de una artista con clase que trabajaba de camarera en el Iruña Park y otra muy triste de un encofrador cenizo:

Mira, veo que tienes dos años de Comunicación Audiovisual, así que pongo periodista también. Hay muchos periodistas famosos sin estudios.

Yo ya no digo nada, todo me parece perfecto. Se levanta, echa una mirada, no hay nadie esperando, no hay prisa, me temo. Así que me recomienda un curso de socorrista acuático y otro de diagnóstico y resolución de averías, pero este es mas para que seas un manitas en casa y te quiera bien tu mujer. Me da claves, contraseñas y pines para entrar en la web de el servicio navarro de empleo:

Aunque no te van a servir de nada, lleva meses fuera de servicio.

Media hora después salgo a la calle con la tarjeta de parado en el bolsillo. Un grupo de chicos fuma frente a la puerta del conservatorio. Empiezo a canturrear nosequé camino de Ochagavía.

Tuesday, September 25, 2007

Amor incondicional


Primer día de la bebita Andrea en casa:


Mónica (dulce): Catita, ¿Cuánto quieres a tu hermanita?

Catita (confusa): Mucho. Pero no me habla.

Monday, September 24, 2007

Para que me quieran


1

Escribo para que me quieran mis amigos.

(Gabriel García Márquez)


2

Quizá no haya en la tantas veces cruel y desagradecida historia de la Pintura, otro maestro tan unánimemente reconocido como Diego Velázquez.
Porque el tiempo arrastra los nombres a la muerte, a la miseria del olvido; porque el ser humano actúa camaleónico e ingrato y postra el intelecto y los sentidos ante modas obscuras y discursos erráticos; porque la verdad no rebasa los límites de quimera en el contexto del Arte. Sorprende, por eso, el respeto atemporal que inspira la obra de Velázquez.
La biografía de éste sevillano relata la conmovedora historia de un hombre solo frente al afán de afirmación personal y la amargura trémula de los celos; celos de su propia obra. Porque las mismas pinturas que lo elevaron al paraninfo del Arte, eclipsaron, sí, a la persona. Todo lo que alcanzó en vida –su ascenso en la Corte, la relación con el Pontificado- le fue concedido por intercesión de sus cuadros. Nada lo prueba mejor que el rezo de su epitafio: Pintor de Cámara del rey N.S. y su Ayuda de Cámara y Aposentador de Palacio, a quien S. Magsd. quería bien, así por superior en el arte de la Pintura, como por otras buenas partes con que havía servídole, por todo lo cual Su Magd. le honró con el Avito del orden militar de la Caballería de Santiago, con que este artéfice honoró su pecho y tuvo el premio que mereció por su virtud y servicios que por muchos años hizo a su Mgd. Fue insigne varón en la Pintura y singular en hacer retratos: Yace en la bóveda de la parroquia de San Ju.o desta villa de Madrid. Yo perdí en él buen amigo porque correspondía a mi voluntad. Lázaro Díaz Del Valle.

En 1656, cuatro años antes de su muerte, realiza la que será su obra maestra, síntesis de sus vicisitudes como hombre y artista. Después de haber buscado la afirmación social escalando el cursus honorum de la corte, en La familia de Felipe IV (Las Meninas), Velázquez se autorretrata (con la cruz de Santiago en el pecho) realizando la actividad por la que es apreciado, querido y admirado por su rey: la pintura. Con este lienzo postrero alcanza la conciencia tardía de su propio talento.

(Introducción a Una historia conmovedora, Diego Velázquez, 2003, J.)


3

Comprendí que mis pinturas pueden ser amadas sin que yo sea amado. El artista muere, es prescindible; quedan sus trabajos. Eso es soledad. Siento celos de lo que pinto. Odio a mis cuadros mal paridos y a aquel pelele de la inauguración, vanidoso y arrogante, que actuaba y sólo era un alma colgada a un chaleco: un boceto de si mismo, yo.

(Final del relato, A pesar de Pensar, 2000, J.)

El semaforo



Se agachó a la sombra del semáforo para abrochar el cordón del zapato derecho.

Joder, está sucio.

Chupó las yemas de los dedos índice y medio y froto la saliva sobre la piel del zapato. La mancha de tierra se transformó en una masilla de barro color beige que se extendió por todo el empeine.

Mierda.

Se levantó, pasó la mano húmeda por el pantalón y encendió un cigarrillo. El semáforo estaba en verde.

Sunday, September 23, 2007

No woman no cry



Un lugar: Puerto Viejo, Costa Rica. O tus trenzas.

Bob Marley
como pretexto.

Peligrosos, parecidos y razonables



Hace una mañana fresca en Pamplona. Octubre se traga la luz, farfullo mientras busco novedades literarias en el escaparate de El Parnasillo. Por la derecha, se acerca una pareja sumida en un juego de arrumacos, carantoñas y murmullos. Me miran de reojo. Reculan. Se detienen a mi lado. Me estudian la jeta sin ningún complejo:

El: ¿ves cómo sí?

Ella: Vale, vale, tenías razón. Es clavado. Será el primo, o el cuñado. Yo qué sé.

Me vuelvo hacia ellos. Parecen simpáticos. Intervengo:

Yo: Bueno, sí, es cierto, ejem, por ahí dicen que tengo un aire a...

El: ... el párroco de San Blas. Idéntico, ¿eh? Le falta la sotana. Y la txapela. En todo caso hermanos.

Ella: Pues yo casi que puedo verlas. Qué cura más pesado, ¿verdad? Puede que hermanos, sí.

El: Siempre azuzando con la cesta. Pues eso, hermanos.

Ella: Siempre. Como si a los demás nos sobrase dinero para echárselo al cepillo. Quién sabe qué libros comprará éste con nuestro dinero.

El: Qué pesado. Y las homilías. Qué poca vergüenza.

Ella: Largas no, eternas. Qué pesado. Libros píos, con nuestro dinero.

El: En fin, que qué gente... cambiaremos de misa, cari, no te preocupes. Míralo.

Ella: Será lo mejor, sí. Anda, venga, vámonos de aquí. Míralo.

Yo: ... El Che.

Retoman los arrumacos. Me miran de arriba abajo, otra vez. Ni se despiden.

Me pongo la chaqueta.



A Gloria, que me mandó ésto.
Acordándome de Don Javier Solabre, que fue gran párroco de Cristo Rey.

Saturday, September 22, 2007

Dig it



Iñigo y yo nos indignamos cuando sacaron el Let It Be Nacked sin esta canción Lennoniana, improvisada y sumamente liberadora (hay que gritarla) -en su lugar pusieron Don't let me down, que está bien pero no es lo mismo-. También desapareció Maggie Mae. Pobre Maggie Mae.

Una estafa.


Like a Rolling stone
Like a Rolling stone
Like the FBI and the CIA
And the BBC and BB King
And Doris Day
And Mat Dubsy
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it
Dig it



P.D: el color es un poco mustio, Balú, pero espero que el video sea de tu agrado y jumillero. Dig it.

No hicimos nada


- Me dijo, lo que tenga que ser será…

- Bueno, y qué ocurrió…

- Nada. No pasó nada. No hicimos nada… las vimos venir… qué iba a pasar… nada…

- Suena triste así…

- Sólo valía arriesgarse… sabes… todo o nada. Supongo que había que arriesgar… y perder… da asusta tanto miedo… da… las vimos pasar…

- ¿Y ahora?

- … ahora… la nada…

- …

- … cuesta olvidar…

- …

- … mucho.

You've Got To Hide Your Love Away



En todas partes, todos los días la gente se me queda mirando. Puedo ver como se rien de mi, diciendo: Hey, tienes que ocultar tu amor.


Hale, a esconder, a esconder...



The Beatles
en Help!, la letra, aquí.

A salvo


Igual quedo con éste después. Eso es lo que necesito. Un abrazo… y quedarme dormida mientras me abraza… me gustaría, sí… dormirme en sus brazos…

… eso es bonito…

… sí… es que tengo día sensible… y estoy cansada…

… pero no por eso es menos bonito… a mi… a mi… me quiere… ehm…

… ¡yo te quiero!…

… vaya… ¿en serio?… qué más puedo pedir … como para quejarse… me quieres…

… ya ves… jaja… eres afortunado…

… y yo a ti también… nos queremos…



… estamos a salvo…

… no sabes qué abrazo te daría…

Friday, September 21, 2007

Quemar etapas



Peter explicó en su despedida de Nt que era necesario quemar etapas. Ahora se vuelven a enredar en la garganta esas dos palabras que nunca se fueron de la cabeza, quemar etapas.

Y, aunque duele sólo imaginarlo, intento convencerme de que para poder escribir una nueva historia, primero, hay que olvidar la anterior.


La fotografía es de Jontxu. Ese, yo en la campa de Bellas Artes de la UPV.

Off the ground



Paul McCartney tiene un buen puñado de canciones que elevan el ánimo.

Yo despegaría.

La soledad en azul. Su y la luna.


Recuerdo bien que era el día del Patrón de la facultad, la resaca y que apenas había dormido -por la noche, los estudiantes de Comunicación habíamos tomado la calle San Nicolás y luego la cuesta de Labrit hasta el amanecer-. Habría olvidado estas cosas de no ser porque aquella madrugada, bajo una marquesina, confesé mis desatinos a un amor que sería siempre y sólo platónico. Pero esa imagen, la de sus pequeñas manos entre las mias, pertenece a otro relato.

Quedé con Susanita a media mañana en el estudio de la calle San Antón, a donde huía después de las clases para pintar hasta entrada la noche:

Te pintaré lo que quieras...

Javi pintor –ella fue la primera en decirme, pintor-, quiero la soledad en azul. ¿Podré estar contigo cuando lo pintes?

Susanita me había salvado. Quiero decir que me agarró fuerte cuando yo ya estaba por precipitarme al vacío de la más absoluta indiferencia. No he conocido a nadie igual y creo que jamás lo conoceré. Coincidimos en clase en mi segundo segundo de carrera y fue Bea quien nos presentó, tienes que conocer a Susanita es como El Principito... en chica. Por entonces, yo no sabía bien qué hacía allí, entre toda esa gente rara, entre tanto desconocido, entre tanto ególatra. Mi frase comodín, junto a tengo que dejar de fumar, era me voy a Bellas Artes. Pero el caso es que nunca me iba y que todo, o casi todo, y todo tan artificial a mi alrededor se había ido derrumbando, quedándose la realidad en carne viva. Y allí estaba Su, sosteniéndome en el aire sin darse cuenta, con su sóla presencia. No, no he conocido a nadie que se parezca a Susanita.

Susanita tenía el aspecto y la voz de una niña duende; apenas medía un metro cincuenta y el cabello castaño, siempre enmarañado, le rozaba la cintura; sus ojos de relámpagos verdes se mecian en los suaves reflejos de un océano límpido al atardecer; la nariz respingona acentuaba su aspecto de ninfa traviesa, así como las pequeñas orejas -algo puntiagudas y siempre coloradas al asomarse-;sólo el perfil de sus labios, su boca entre un millón de bocas, sería capaz de dibujar aquella sonrisa imposible, tan pícara como dulce. El punto era un bonito hoyuelo en la barbilla. Solía llevar una camiseta de El Pincipito, en la capa exterior-tercera o cuarta- y ropa de segunda mano. En invierno, gorro y bufanda de colores. Su vehículo era una bicicleta BH (roja, de niño) y el bajo, siempre a la espalda –casi más grande que ella-, su medio de expresión alternativo.

Decía que, aquella mañana del día del Patrón, pinté para ella y en su compañía, La soledad en azul:

Javi pintor, cuando acabe la carrera... quiero ser... vagabundo...

Con el cuadro, le di una poesía:

Su y la Luna


Sueñas con la brisa del mar, Susana,
ojitos frágiles,
zapatillas rojas.
Flotas en el aire y luego te evaporas;

Quieres acariciar las nubes
Y sentarte en la luna
Con tus leotardos verdes.
Y sola.

Escúcha, baja un momento
Ovídate de la luna.
Deja las estrellas
Y prepara unos frisuelos.

Yo pintaré la solead en azul,
Tú pondrás el tabaco,
Escanciarás la sidra.
Te aburriré con mis historias…

Luego, por la tarde,
Nos diremos adiós, hasta siempre,
Y sólo quedarán
Palabras, risas y recuerdos.


Sin darnos apenas cuenta, fuimos perdiéndonos de vista. Nunca nos despedimos. Ella acabó periodismo para cumplir su sueño vagabundo. Las últimas noticias que tuve de ella, fueron a través de Bea: Susanita va camino de Brasil, haciendo barco- stop.

Nada más.

Ayer, buscando la tarjeta del INEM en el cajón de “cosas”, encontré una carta quemada por los bordes:

Para Javi Pintor:

En los momentos de olvido, cuando todo es confuso y el humo y el alcohol se mezclan en mi conciencia, es cuando mejor entiendo la soledad en azul (…)
El mundo es una jodida selva donde a veces te encuentras con algo bello. Esas cosas no son casuales, están ahí porque alguien las creó. No me refiero a dios sino a la gente buena, a lo mejor la gente buena es dios (…)
No olvidaré nunca tu cuadro y eso, supongo, hará que te recuerde también a ti (…)
Formar parte de la memoria de los demás es otra forma de afirmar que estás vivo y te puedo asegurar que tu también estás vivo. Te voy a decir un secreto: los pozos oscuros y negros no son infinitos y, además, hay montones de manos en los sitios más inesperados que te pueden ayudar a subir otra vez a las nubes y hasta la luna,
Sonríe y sé feliz,

Su

Thursday, September 20, 2007

Artista, amor y trabajo



Le pellizcó la mejilla:

- Cariño... amor... tienes, tienes una mente privilegiada... envidiable...

- Oh, gracias, gracias... pero exageras... ah, lo normal, claro... me quieres... me adoras...

- ... no trabaja nunca...

Artista, amor y ego


Ella le abraza y él que se deja abrazar:

... te quiero... tantísimo...

... No... no... te equivocas... crees que me quieres... te, te... dije, te rogué que no te enamoraras de mi...

... pero ya era demasiado tarde...

... no, no, pe... además... no... no estás enamorada de mí sino de mi obra...

... pero... por dios, si tus cuadros son horribles...

... perosin... pero... sisi...si no, no pinto, soy... soy escritor...

... y peor todavía ...

Wednesday, September 19, 2007

Llegue a creer que era un angel


De lejos, pensé: azules. Siempre lo mismo, cuando veo unos que son claros. Luego me enteré y ya no recuerdo cómo, tal vez me contó Julia, que Bellas Artes en Bilbao.
Creo que esa misma mañana le dije alguna sandez, porque echaba la mano a la boca cuando me veía.

El segundo día de taller se colocó a mi lado para pintar la espalda del modelo. Azules no, verdes si acaso:

Así que tu también en Bilbao

Sí…ya la tesis…

No te he visto nunca

Yo a ti tampoco

La tesis con quién…

Fito

O sea, que pasas por los txokos de pintura… y no nos hemos visto nunca… ¿Conoces a Edu?

Sí, claro, es mi ídolo pintor, jaja… acabo de llamarle por teléfono; somos muy amigos… también de su novia...

Pero... si hemos pintado Edu y yo en el mismo txoko, espalda con espalda... todo el curso…

Y yo he estado hablando con él allí muchas veces…

No… no te fijaste… en mí…

Ni tú en mí.

Porque pinto de espaldas a la puerta… pe… pero sí, esa voz... ahora que escucho... escuchaba tu voz… e imaginaba a quién pertenecía… esa voz, decía y luego te imaginaba… debe de ser muy guapa, sí...

Jajaja


Con su dulce color asturiano me explicó que era de Oviedo, aunque había nacido en Hamburgo. Que tenía 29 años, parecían 18; tú aparentas 24 como mucho, eso porque soy inmaduro. La pálida piel contrastaba con las mejillas sonrosadas y los labios encarnados pero hacía juego con su estatura y delicadeza. Se la veía tan bonita por dentro como por fuera. Por eso no me sorprendió su manera de pintar: suave, poética, de una pureza sobrecogedora. Llegué a creer que era un ángel. ¿Eres un ángel?

Cuando nos despedimos,

Pero si nos vamos a ver en Bilbao…

… Pero ya no estoy… allí… no…

… Sí que vendrás… puedes dormir en mi casa … y puedes llevar a todos tus amigos también…


Se llama Maite, tiene los ojos cobrizos. Limpia los pinceles con champú.



P.D: Su pintura irradiaba calidez y poesía como la de Vermeer y, aunque no se parecía a Vermeer, pienso: como Vermeer.

Mentiras


- Te mentí porque no quería hacerte daño... te quiero...

- No. Me mentiste porque ya me habías hecho daño...

- ... no... no... quise... sab...

- ... y no te importó hacérmelo...

- ... pero... tú sabes que... que te... te quiero a ti... sólo... sabes...

- ... sé que en ese momento dejaste, o quisiste, que dejara de existir y así más facil... y que ahora vuelves a mentirme... y que ya no me importa que me mientas... porque en ese momento yo no existía... pero si el daño que es ahora... y que ya no me importa...

- ...

- ... porque mientes por miedo y no me quieres... No me importa... porque ya me dejaste de querer...

Alfredotik y la persuasion


Alfredo no se parecía al resto de los residentes del Colegio Mayor. Se rebelaba frente a las normas arbitrarias y su respuesta ante todo lo que se daba por supuesto era: ... o no. Distinguía lo esencial de lo accesorio sin mezclarlos nunca y siempre argumentaba las cosas -por eso protestaba, aunque estuviese de acuerdo, contra cualquier imposición que no fuese razonada-. Es habitual que haya disidentes donde existen reglamentos y, sobretodo, en centros universitarios pero es que el subversivo Alf había cumplido ya los cincuenta y muchos. Como era raro, había quien intentaba reducir su influencia diciendo que estaba loco. Y yo que al oir lo de loco le admiraba más.

En un edificio oscuro donde casi todos dedicaban sus neuronas a las ciencias, Alfredo era un refugio para hablar de las cosas importantes. Y hablando de eso, de las cosas importantes, nos hicimos buenos amigos.

Hoy he encontrado una tarjeta que me dejó una tarde sobre el escritorio de mi habitación. Creo que el texto pertenece a Magris:



PARA JAVIER

LA PERSUASIÓN

La persuasión es la posesión de la propia vida y de la propia persona, la capacidad de vivir a fondo el instante sin la maniática angustia de quemarlo pronto, de atraparlo y utilizarlo con vistas a un futuro que llegue cuanto antes y por tanto destruirlo a la espera de que la vida, toda la vida, pase velozmente…

Quien no está persuadido consume su persona en la espera de un resultado que siempre está por llegar, que no existe nunca…


¿Te sirve para pintar un cuadro? ¿O dos?

A.A.A


Me sirve, Alfredo.

Tuesday, September 18, 2007

Doctor


Uno de estos dos pintores de brocha gorda es, desde hoy, Doctor en Derecho. El otro, un poco más panoli que ayer, está orgulloso.


P.D: Y, desde hace menos de una semana, Pablo (viernes) y Ester (jueves) -marido y mujer-, Doctores en Historia. Me tienen contento.

Demasiado gallega


Era así:

Gritaba un nombre al azar. A veces el mio, Javi. Y el eco de ese Javi retumbaba en todas las ventanas de la casa:

Vooooy, abueliñaa.

Yo ya sabía, por eso recorría el pasillo golpeando la pared con el puño. La abuela esperaba en la cocina, con su encantadora sonrisa de sorna, de pilla. Parecía que lloraba un poco de risa. Al verme, inclinaba la cabeza, acércate, y se acodaba en la mesa entrecruzando los dedos de las manos.

Javi, tu eres bueno, ¿verdad?


Se pasaba la punta de la lengua por el labio inferior y achicaba los ojitos de miel y ceniza. No cabía más que una respuesta - cuántas veces hubiera dicho, no, abueliña, no soy bueno-. Pero la abueliña era demasiado gallega, demasiado lista y yo no podía ser malo:

…sí… abuela… soy… bueno…

Entonces afirmaba con satisfacción y emitía un pequeño chasquido con la boca:

Entones, toma - me daba un billete de mil pesetas enrollado-, ve a junto del Germán y trae medio kilo de lomo adobado. Que lo corte muy finito. Y mira que te de bien las vueltas.

Yo ya sabía, por eso -al salir de la cocina- recorría el pasillo golpeando la pared con el puño.


En la imagen, O Bolo, mi pueblo. Mi tierra.

Monday, September 17, 2007

Un instante solo


Y la quería tanto,

pero

cuando preguntó,

¿Me llevarás contigo

me llevarás?


Quedé en silencio.

Un instante sólo.

La eternidad entera:

Sí, claro.

Siempre
.

Fantasia


Dijo, al otro lado de la pantalla del ordenador:

- Javi, ven a jugar. Espera.

Y agitó su varita mágica, extendiendo los bracitos en alto y manteniendo el equilibrio de puntillas.

- ... voy…

Acerqué la punta de la nariz al objetivo de la cámara:

- ... Catita, no... puedo. Mira. Estoy aquí... atrapado. Sácame…

Lo intentó. Parecía Mickey Mouse en Fantasía.

- Catita… no… no puedo…

Entonces cambió su expresión, tiró la varita con estrella al suelo y se acercó también a su cámara:

- Ok, Javi, mira. Estoy cerca. No hace falta avión… estoy cerca…

Sunday, September 16, 2007

Mari


- Antonio, ¿Podrías decirme un momento de mi cuadro?

- Vamos.


Se detiene a un par de metros. Lo mira en silencio unos segundos. Acariciándose la barbilla con los dedos de la mano derecha:

- ¿Y tú qué me dices?

- No sé ver lo que pinto. No sé que pensar…

- No ha cambiado mucho desde la mañana, pintas bien… me gusta. Me gusta mucho… tiene sentido todo esto…

No miro al cuadro cuando habla, sino a él. Analizo su expresión: la boca prieta, los ojos achicados. Quiero descifrar su verdadera opinión. Sé que no controlo mi pintura, que se va haciendo en un diálogo sin conocer el final. E, inmerso en ese diálogo, soy incapaz de distanciarme, de llegar siquiera a la primera línea de objetividad. Como si se tratase de un examen de conciencia, siempre demasiado rígido o, por el contrario, condescendiente en exceso.

Antonio retoma la palabra:

- Creo…

En ese mismo instante, Inmaculada –la organizadora del taller- le hace un gesto desde lejos con la mano.

- Lo siento, me tengo que ir…

- ... gra...cias...

Y se fue así.


En la cena me dijeron que Antonio se tuvo que marchar precipitadamente. Que había cogido el primer vuelo a Madrid. Para cuidar a su Mari enferma.

- Ella es quien tira de él, quien le saca adelante.

Saturday, September 15, 2007

Woman



Un hombre laberíntico jamás busca la verdad, sino únicamente su Ariadna.


(Friedrich Nietzsche)


La tuvo Yoko

Duro pero solo asi cuando no. Breve retrato de un pintor


Al otro lado del cristal, la noche:

¿Y eres... feliz, Diego, así?

Soy muy feliz así.

¿No se te hace duro? ...no sé... a veces... tanta soledad sabes, no es fácil... es...


Bajó la cabeza levemente. Detrás de sus gafas la vida parecía estar lejos, en otra parte:

... sólo me pongo triste cuando no sé qué pintar...


P.D: El retrato es suyo, de Diego de Pablos.

Cientos de ti


Tu no me mirabas. Por eso, yo no dejaba de mirarte nunca. Te aprendí de memoria. Cada noche, al llegar a casa dibujaba tu rostro así cientos de ti cada noche para siempre. Y luego buenas noches, un beso; buenas noches te quiero mucho tanto.

Wednesday, September 12, 2007

Andrea


Catita y yo tenemos compañera de aventuras.

Ha venido abriendo bien los ojos.

Andrea.

Estoy contento.


(Montones de besos y abrazos para la mamá y el papá)

Se parece a


A.L: Y tú qué tal. Cómo va eso.

Antonio López dice siempre lo mismo cuando se acerca a mirar qué hace cada uno. Estoy pintando a la modelo a tamaño natural. La pinto muy de cerca, a menos de un metro. Si me muevo un centímetro la figura se distorsiona. Ella está sentada, la veo en picado y casi de perfil. Le he tenido que decir que,tranquila, no es una mirada objetiva. No eres así. Ella se ha quedado mirándose, no es objetiva.

J.: Creo… que lo he agrisado demasiado…he metido demasiado blanco.

A.L:

J.:

A.L: La figura está desproporcionada, le has hecho la cabeza muy chica. Pero a mi me parece que está muy bien. Vas muy bien. Me gusta mucho. Es muy personal, habrá que seguir tu evolución.

J.:

A.L: Hay algo de la pintura. Esas irisaciones, dónde empieza y acaba cada color una sensibilidad especial. Hay sentimiento. Pintas con sentimiento. Me gusta mucho eso. Veo carne, voluptuosidad. Tiene emoción. Dentro de toda esa irracionalidad hay sentido… dices muchas cosas. Me gusta… mucho.

Se queda mirando en silencio. Poco a poco se ha formado un corro alrededor del cuadro. Pegado a mi nuca tengo un coro de mujeres. Antonio López se dirige a ellas:

A.L: ¿Qué os parece a vosotras?

M1: Me recuerda a Bacon

M2: A Freud

A.L: No tiene nada que ver con Freud. Bueno, que es un cuerpo humano. Lo mismo podría decir que me recuerda a Matisse, o a Miguel Ángel. Porque hay un cuerpo.

Pero ya no hay quien las detenga.

M3: Tiene algo de germánico…

M2: … alemán sí…

M1: … Expresionismo alemán.

A.L: No se parece a ningún pintor. A nadie. Lo que hay en el cuadro se parece a la modelo. No es un cuadro para nada agresivo. Todo lo contrario, se percibe la emoción de la carne.

M1: Eso, la emoción de la carne.

M2: La emoción de la carne.

M3: La emoción de la carne.

A.L: Me gusta mucho.

J.: ...

Tuesday, September 11, 2007

Miro como pinta


Miro como pinta el fragmento del campus que hay al otro lado del ventanal. Frente al lienzo, Aquerreta se transforma. Se le endurece el gesto. Parece casi arrogante. Ya no sé si está hablando solo o canturrea un pasodoble. La pintura sucede. Emociona tanta belleza. Me voy. La primera lágrima no ha esperado siquiera a la siguiente pincelada.

Monday, September 10, 2007

En el taller. Bodegones, figura


He llegado tarde. El año pasado no. Intento que los recuerdos sean diferentes, tanto que no se puedan comparar. Cuando entro en la Facultad de Arquitectura, salen Antonio y Juan José, que van al mercado a comprar frutas y hortalizas para el bodegón. Me da vergüenza abordarles. Aprovecho su despite y les hago una finta.
En el aula, sí saludo a Jorge, a Jose y a Silvia; y a otros que estuvieron el año pasado en el taller. No puedo evitar una lista imaginaria de ausentes: Edu, Amayita, Cristina, César, Iñigo, Javi. .. ya estoy comparando y los echo de menos y pienso, no va a ser lo mismo.

Se coloca el modelo y me sitúo detrás de él; voy a pintar su espalda. Preparo los aparejos: lienzo, paleta, pinceles, espátulas, trapos, medium, trementina. Ya no uso bata, soy un niño mayor.

Cuando ya he encajado la espalda en la tela, su voz:

Hola, Javier...

... hola... Paula... al final no has madrugado...

... no... he pensado que sería mejor venirme cuando estuviese ya todo montado y vosotros trabajando...

... haces bien, hasta ahora no hemos hecho gran cosa...

... me dais una envidia...


Paula ha venido para escribir un reportaje sobre el taller en Diario de Noticias. Le noto algo diferente:

... ¿Te has cortado el pelo?

... no... me lo he teñido... tengo canas...

... te queda bien...

... pero ya dependo del tinte...

... bueno...

... bueno...

...

... voy a ver si viene Antonio López...

... bueno...


Descansa el modelo y salgo a fumar un cigarro, me topo en el pasillo con Juanjo y Antonio, que vienen cargados de calabazas, berenjenas, coliflores, limones, melocotones, pimientos...

... Juanjo, ya te cojo...

... me quitas un peso de encima...


Antonio prosigue la conversación que llevaban:

... estuve allí con Mari. Es un sitio muy bonito...


Al entrar, todos se vuelven hacia los pintores, que desparraman la huerta sobre la mesa. Entonces comienza el rito del bodegón que, tanto Aquerreta como López, preparan con suma delicadeza, sin dejar un matiz de luz y composición al azar. Una nube de alumnos les rodean, diciendo cosas, sugiriendo, preguntando. Quieren estar ahí, aprender y alguno -también- hacerse ver, o demostrar que sabe.

Miro escondido entre la espada del modelo y el lienzo. Paula está al otro lado del ventanal.

Pasan lugares


El tiempo no se repite. Pasó el único lugar donde pude haberla encontrado. No está, es cierto.

Por lo demás, he pintado.

Antes de Lopez y Aquerreta


... bueno, madre, me tengo que ir corriendo al taller...

... pues mira, yo voy ahora a apuntarme a un curso de informática, con Ana...

... ah, mira, mira qué bien...

... así sabré qué hay que hacer para ver tu blogggg...

... ahhhh...

... lo leeré...

... ¡bien!...

... pero...

... ¡...!...

... cuando te hayas ido de casa...

Sunday, September 09, 2007

Pequeños misterios


Ya no siento
(ese zumbido
inquieto
del frío
contra las ventanas
en invierno),

ni lucho
(por entretenerme
en ciertos
asuntos
banales,
como bajar
la basura o
cepillarme
los dientes
)

Ya no vigilo
el silencio
quejumbroso
de las sombras
a través de la mirilla,
ni ausculto
la arritmia de los pasos
que latigan
tropiezos
de un músculo
(quizá) contrahecho.

Ya no susurro
a las hojas caídas
de los árboles
del otoño
los pequeños
misterios
de la gravedad
y el tiempo.


(Porque)
ya no siento
el vacío
sordo
de tus pasos
en el pasillo
ni tu ausencia
menuda
en los espejos.

Eso de cada uno


Braulio tenía cara de oruga, cabello estropajoso y mirada de sapo a la virulé; manos gordezuelas, siempre sudorosas. El límite de su inteligencia rozaba el de un guisante y, más que voz, emitía pequeños graznidos, cric. Pero no había en toda la ciudad muchacha que se resistiese a sus andares gallináceos.

La ilustración es de Oscar Llorens.

I'll get you



But I'll get you in the end,
Yes I will, I'll get you in the end


Tararéo y silbo muchas veces esta canción. Lo aprendí de Iñigo. A él le funcionó.


The Beatles

Ayer gano ella


El intento de siesta se acaba con un hilo de voz irresistible, dónde está Javi. Catita pronuncia mi nombre con dulzura, transformando al gusano en mariposa. Y me planto, a medio hacer, con Alberto y Mónica delante de la pantalla.

Y al verme, ¡¡¡ es Javi!!!, Catita coréa, batiendo los brazos:

A la Bim, a la Bam, a la Bim Bom Bam, Javi, Javi y nadie más.


Impacto en la línea de flotación. Por un instante, vuelve el orden natural de las cosas y la realidad pierde su aspecto de alambre.

No hay tiempo que perder y, de inmediato, surge lo de imitar animales. Un juego a cara de perro, sin tapujos, ni dignidad; poniéndolo todo:

Empezamos con el mono. Espectacular.

Ahora... el perro:

Guau-guau. Guau....

Ahora, Catita, ahora, Cómo hacen...ehmmm... los pajaritos...

Pío, pío, piiiiiiiio, pio. Muy bien ella, yo parezco un buitre. Se ríe.

Jajajaja... Cómo hacen, a ver... ahora... los elefantes...

(Alberto y yo nos ponemos el brazo de trompa, Catita nos sigue)

Los... cerditos...

Oink- Oink

Mmmm.... los ratoncitos...

(El truco está en mover la naricilla) Ihhhhh

Y cómo hacen... las moscas:


(Catita recoge sus brazos y los transforma en alas): Bzzzzzzzzzzzzz Bzzzzzzzzzzz

Muy bien, ahora, ¿cómo hacen los gatitos?


Miauuuuuuuuu- miauuuuuuuuuuu

Vale - preparo la trampa- y... ahora... ehm... las Catitas, cómo hacen las catitas....

(Catita se encoge, pone ojitos, extiende los brazos) Te quierooooooo.

Ganó.