El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Friday, August 31, 2007

365 de Cave Canem


No es que a veces no se te entienda, sino que no se te entiende nunca. Y ahí está la gracia.

Echo de menos a Peter.

364


Queda 1

Unidad de distancia


A veces se enfadaba con ella misma, o conmigo. Ya no sé. Entonces se despedía así:

Que pases buena semana.


Supongo que era el límite de tiempo que se daba para reordenar las ideas.

O la unidad de distancia que utilizaba para medir sus sentimientos.

Te quiero tres semanas en olvidarte.

Y así.

Jesus de Nazaret


Estaba con Marta tomando una cerveza en la terraza del Caballo Blanco, cuando un buen amigo que andaba por allí pasó a despedirse. Dijo que leía el canódromo y me alegré mucho. Le gustaba, añadió:

Pero escribes demasiado de Ratzinger.

Ya me conoces.

Ya.


El hecho de ser cristiano invade todos los ámbitos de mi vida, constituye el fundamento de mi relación con las personas y conmigo mismo; la manera de entender la realidad y el sentido de la existencia. Las veces que he intentado zafarme de mis creencias, me he conducido como un kamikaze en su caza desbocado que ve dehacerse, en añicos, el cielo a su alrededor. El auto denominarse cristiano no supone considerarse mejor que nadie, sino la lucha constante -con sus victorias y derrotas- por hacerse pequeño para vivir al servicio de los demás con el amor como única arma. El cristianismo es una religión de vida, de acción aquí y ahora, en este mundo, y no sólo -que también- la práctica de ritos o la observación de ciertos dogmas. Es decir, no basta con decir, soy cristiano; hay que serlo.


Y todo esto viene para recordar que el referente del cristiano es Jesús de Nazaret. El Papa acaba de publicar un libro cuyo título es ese precisamente. Dada la cantidad de material editado sobre El Jesucristo histórico -con acierto y sin el-, la obra de Ratzinger se antoja imprescindible. Estoy leyéndolo: claro, preciso, entretenido, interesante. Muy recomendable.

Aquí va un fragmento del prólogo:

Sin duda, no necesito decir expresamente que este libro no es de modo alguno un acto magisterial, sino únicamente expresión de mi búsqueda personal "del rostro del Señor" (cf. Sal 27, 8). Por eso, cualquiera es libre de contradecirme. Pido sólo a los lectores y lectoras esa benevolencia inicial, sin la cual no hay comprensión posible.

Joseph Ratzinger.

Thursday, August 30, 2007

363


Quedan 2

Buzon-Bozal


Me gusta esta imagen del perro en el campo de batalla. Si los tanques tuvieran perro no habría guerras. Son buenos relaciones públicas, los chuchos: id a un parque con un libro de Paulo Cohelo y, ocultos tras ese disfraz de intelectual apócrifo, miradlos corretear y jugar sin complejos.

Si los perros muerden, quizá sea porque el amo también muerde. No digo que los perros sean mejores que las personas, pero algunas personas tienen mucho que aprender de los perros. Por ejemplo, a mear en las farolas levantando una pierna. Sería una escena simpática.

O deberíamos aprender de nosotros mismos y enchufar, de vez en cuando, el bozal a algún político, o a los zoquetes de la prensa rosa. Qué pesados.

En fin, que este post es para anunciar que he puesto debajo de mi foto trucada (pone Buzón- Bozal) un link donde podéis escribirme lo que os venga en gana, pequeñas quejas y grandes alabanzas:

elcanodromo@gmail.com

A perro ladrador, pocas palabras bastan.


P.D: No os fiéis del perro de la foto, es una mina. Los perros se parecen a sus dueños.

Ahora que


- Fíjate... todo eso... multitudes, medallas, homenajes... palabras...

- Promete... prométeme, eso no querría... yo... me gustaría... quiero que me quieran ahora que estoy vivo. Que tu me quieras. Prométeme que al menos tu... me dirás ahora... ahora que te siento... y... y... puedo tocarte... porque... tu... me bastas... no esperes a que... quién necesita cuando... ahora... es el momento... que respiramos, que aun seguimos vivos.

Wednesday, August 29, 2007

362


Quedan 3 (tres)

Desde siempre


Por qué escribes...

... no... no lo sé... antes...

... no, desde siempre...

... siempre. Siempre es mucho tiempo...

Tus historias, sabes...

... creo que escribiré mientras me leas...

Blanco


Llegué demasiado pronto a la parada del autobús, siete y dos. La calle estaba desierta. Encendí un cigarrillo. Apenas un rato antes, las masas de aire habían forcejeado hasta rozar la tormenta, dejando caer cuatro gotas como higos maduros que embravecieron el calor. Ni un charco.

Entonces apareció, toda de blanco, con vestido de tirantes y sandalias. Me sorprendió verle cargando aquella bolsa de basura azul. Cuando se aproximó lo suficiente a la marquesina, baje la mirada. Intenté traducir la cadencia de sus pasos mientras se acercaba a los contenedores. Desapareció. Y volvió a aparecer, ya sin bolsa, caminando hacia mi. Sonreí. Sonrió. Se sentó en el banco, tres o cuatro palmos a mi derecha. El cuello, dejó de obedecerme y cobró vida, rehuyendo a toda costa cualquier posible encuentro de miradas. Apuraba el cigarro. Una chiquilla se sentó en la escalinata de la iglesia con una bolsa de pipas, las siete y seis.

Dos caladas después, surgió de la cuesta un motorista que pitó en la distancia a la chica de blanco y, al pasar frente a ella, le sonrió como haría un boniato -ese fue el tubérculo que me vino a la cabeza, boniato-. Tiré el cigarro. La chica no dibujó ninguna expresión y, simplemente, se dedicó a ver alejarse la moto. La cosa no iba con ella. Pisé la colilla. Las siete y ocho. Llegó el autobús. Nos levantamos a la vez. Le cedí el paso sin decir nada y ella se sentó en el primer asiento, junto a la puerta. Saludé al chófer y rebusqué en el bolsillo del pantalón el euro que había preparado, pero sólo encontraba papeles arrugados,envoltorios de tabaco, tickets de compra y céntimos sueltos.

Una voz, detrás de mi:

Usa ésta.

La chica de blanco me tendió su tarjeta de autobús.

No... no... gracias... tengo...

Sale mas barato.

La cogí, la pasé y se la devolví, con sonrisa de boca apretada.

Muchas gracias.

Me devolvió media sonrisa y, mientras guardaba la tarjeta en el bolso, me agazapé en los asientos de atrás.

Tuesday, August 28, 2007

361


Quedan 4.

Lo que vale un clavo



La red lleva unos días ardiendo sin clavo al que agarrarse. Una pena para casi todos nosotros, sus lectores. Casi, digo, porque Marta pasa unos días en Pamplona y yo, tan contento, disfruto de su compañía al natural. Marta es como escribe o lo que escribe se parece a ella: transparente, sencilla -rasgo que desconcierta-, observadora, atenta, viva y simpatiquísima.

Sorprende.

Claro, es de Bilbao.


(Por eso me gusta chincharle pinchando El Botxo: ella primero se ríe, pero luego me sacude con el puño en el hombro hasta que acabo pidiéndole perdón: "lo siento, no volveré a hacerlo". Cuando remite el dolor, ataco otra vez. Faltaría más)



Recuerdo cuando Jose me confesó que Ardiendo a un clavo era su blog preferido. La conversación fue más o menos esta:

Es increíble cómo escribe esa chica, ¿la conoces?

Sí, Sí, desde hace poco... Marta. Estudió derecho en Pamplona.

... vaya, todos los genios estudian derecho...


... y es de BILBAO...

... acabáramos...

Monday, August 27, 2007

360


Quedan cinco.

P.D: Evitar rimas fáciles.

Pesa Chile 5. Tercera en discordia


J.: Puppy, le han regalado a Catita un Arca de Noe de juguete. Es enorme... y... con muchos bichos...

Puppy: ...

J.: ¡Podremos visualizar la estructura del casco!

Puppy: ...

J.: Mira, en.... en la próxima videoconferencia le diré bajito que la destroce, ya... ya sabes como son los niños.... les gusta romperlo todo. Y que dibuje los planos y que, y que nos los mande, si, ehmmm, urgente por UPS.

Puppy: Pero tu... a ti... ¿quieres que toda la familia corrobore tu locura?

J.: ... psehm... maestasalturasyamedirastuehem...

Puppy: ... se lo diré yo. Telepatía.

Idealizando panza arriba



Teníamos esta canción, Moonlight Shadow, grabada de la radio, en un cassette negro con pegatinas rojas y blancas. La cinta tiene historia, pero la contaré en otro momento. Yo rondaba los siete años, aunque no podría decir la edad exacta. Recuerdo, eso sí, que me encerraba en la habitación para escucharla cientos de veces seguidas, tumbado panza arriba, mirando el techo. Me emocionaba, o envolvía hasta hacerme soñar despierto -quizá las dos cosas-, no sé si me explico. El caso es que me dedicaba, de esa guisa, a reconstruir los rasgos de la cantante a través de su voz -mi creación, ahora lo sé con certeza, no se parece en nada a la chica del vídeo-.

Aquella fue la primera vez que idealicé a una mujer. Con el tiempo, se ha convertido en una costumbre. Buena o mala, según se mire.


La canción es de Mike Oldfield. Preciosa.

Luna llena, luna llena


Paseaban por el parque sin rumbo; un hilo de luz en el horizonte separaba la tarde de la noche. Retrepando el cielo, sobre los edificios, la luna amarilla y gordota:

El: Esa luna llena.

Ella: Casi. Mañana.

Una madre, con silleta y séquito de niños, venían de frente. No pasaba ninguno de los cuatro años:

Niño: Mira, mamá, la luna llena

Niña: Luna llena, luna llena

El más pequeño, desde la silleta, que también señalaba.

Madre: Todavía no, mañana.


El repitió para sí, luna llena, luna llena. Y añadió, como los niños.


Unas semanas antes tomó unas cervezas con M. Recordó cinco vasos de tubo sobre la mesa y cómo los agrupó, con las palmas de las manos, en fila india:

- ¿Has visto? una conga. Pena que les falten los bracitos.

- Joana hace lo mismo con las tazas del desayuno, pero dice que es el tren chu-chu.

- Pe... pero la conga es más... orgánica... que...

- ... tiene dos años...

- ...

- ...

- ... nos llevaríamos bien...

Sunday, August 26, 2007

Dones oscuros


Diez días de retraso en la prórroga. Y si pudiera, no devolvería nunca La Universidad Desconocida a la Biblioteca del Valle. Es de esa clase de libros que requiere tiempo, visitas esporádicas, descansos, momentos de lectura compulsiva, relectura detenida de centenares de versos. La sensibilidad de Bolaño se revuelve como un animal herido. Obsesiones, experiencia, pequeñas historias y muchas derrotas (muchacha de largas piernas pecosas). De momento, me despido de Roberto Bolaño con este Para Victoria Ávalos:


Suerte quienes recibieron dones oscuros
y no fortuna Los he visto despertarse
a orillas del mar y encender un cigarrillo
como sólo pueden hacerlo quienes esperan
bromas y pequeñas caricias Suerte
para estos proletarios nómadas
que lo dan todo por amor



La ilustración es de Eulogia Merlé.

Saturday, August 25, 2007

Escollos


La tarde había decaído hasta quedarse mustia, cubierta por un saco sucio de nubes ásperas, como de arpillera. El aire, frío para cualquier agosto, azotaba las fachadas de Príncipe de Viana que parecían de cartón corrugado más que de piedra. Un pensamiento lúgubre me transportó a otro lado: ya otoño casi.

Pero llegó el autobús y, con el, un último escollo. Me explico: en Pamplona no existen colas para subir al transporte público ni para cualquier otra cosa, nos sobramos con los codos y, si es preciso, empezamos a empujones. Todo muy navarro.

Decía que, en medio de un pandemonium de mamporros, patadas en las espinillas y codazos, se me colaron dos chicas de unos quince años. Ya había alzado la pierna para hacerles la zancadilla cuando una cogió a la otra del brazo:

- ¡Tía, que ya tenemos a Robben!


Vacilé un poco, reculé. Les sonreí, me miraron raro. Empezó a gotear. Ya otoño casi. Pero teníamos a Robben.

Antes de pintar, En la cocina


Antes de encararme, un día más, con el cuadro de Carlos y Verónica -llevo en el sumergido ya siete meses (las estaciones recorren el cielo tras el ventanal) -, releo algunos poemas del cuaderno de Vladimir Holan. Transcribo aquí En la cocina, que ya tenía en mente hace tiempo:

No has estado aquí desde hace casi un año.
Te daba miedo entrar.
Y cuando lo hiciste, el vacío antes deseante
y luego desdeñado, se tomó la revancha
pidiéndote obstinadamente que compensaras
tu presencia con tu presencia.
Todo aquí te avergüenza:
linóleo, cabritillo, moscas muertas,
el pan mohoso, el vinagre agrietado de las rendijas,
la grasa de las manchas, la piel del aire curtido,
la saliva de arañas que se esconden por los rincones,
y, debajo de todo ello, el silencio
donde brilla la luna sólo durante el día...
Pero en medio de todo eso ves de pronto
(con la certeza del tiempo de una vida
cruel, ordinaria, misteriosa)
una taza de café
manchada por los labios de una chica que te abandonó...



En imagen, En la cocina, de Antonio López.

Friday, August 24, 2007

... Bueno...


De vueta a casa, en el autobús, no he podido librarme de escuchar esta perturbadora conversación entre madre e hija:


¿Qué tal ha ido?

... bueno...

¿Y qué es "bueno"?

... pues eso...

¿Cómo que "pueseso"?

... normal...

¿Pero qué significa para ti "normal"?

No sé

Nunca dices nada...

... bueno...



Y me ha dejado un poco... no sé. Pues eso.

Se parecen a ti



Tus ojos
se parecen
a ti
cuando miras
la mar
se parece
a ti
cuando escondes
la mirada
bajo la frente
asoman
corrientes circulares
de aire
y se parece
a ti
cuando parpadeas
ese instante
la noche
inmensa
sin luna
tus ojos
abiertos
son faros
que alumbran
el cielo
las olas
tus ojos
se parecen
a ti
cuando miras

Heroe


Mira el peso en su espalda, ¿puedes verlo? Escucha el sufrimiento en su respiración, ¿puedes oirlo? A nadie parece importarle, pero él resiste. Sabes... ¿sabes qué significa "héroe"?

Thursday, August 23, 2007

En Busca de Trabajo 6. Me emancipan



Ayer hablé con papá de mis pesquisas laborales -omití, por el bien común, la labor de Puppy en el asunto-:

Papá, no sobre actúes, por favor. Ya me pongo bastante nervioso con el tema.

Pero cómo no voy a sobre actuar, hijo, si soy el Vittorio Gassman de la paternidad.


En ese momento, entró mamá en la sala de estar:

¿Qué hacéis?

Aquí, hablando de padre a hijo...

Entonces os dejo...

No, no, mamá, quédate. Hablamos sólo de trabajo...

Ah... que ya te vas de casa...

Pero madre...

No sé... como siempre dices que te vas...

Unas buenas buas/23-32


Hicimos videoconferencia por el cumpleaños de Catita. Juan Andrés recorrió su casa con el portátil, como si fuese una steadicam, esta va a ser la habitación de Andrea. Ahí está la nuestra y esa es la de Catita. Bajó las escaleras, ¿veis los cuadros? Se detuvo en la cocina. Catita, mira los tíos. Cantamos todos los hits: Cumpleaños feliz, Es una muchacha excelente (versión reprise), Feliz, feliz en tu día y el Happy Birthday, para deleite de Catita -que acabó riéndose a carcajadas y tapándose los oídos-. Luego posó el ordenador en la mesa y apareció Catalina, con Andrea en el vientre, Hola, cuñados, cómo les va. Y así, mientras hablaban con nosotros, los cuatro se pusieron a rellenar las bolsas de chucherías para repartir en la fiesta de cumpleaños de Catita.

Hoy es el día de Juan Andrés y el caso es que le echo de menos. Un mucho de menos tan grande que sólo podría caber en una de aquellas pequeñas bolsas de chucherías.


Nota: Leer Allendegui.

Wednesday, August 22, 2007

Una soledad dentro


Apuntó los nombres de mujer desparramados a lo largo de su biografía. Quedaba una duda que rumiaba dentro de esa terrible soledad:

Quién sería ella, si ella fue alguna y yo no quise saberlo. Si acaso llegué a conocerla. Si su tiempo, el que iba a ser nuestro, lo destrocé en pedazos de ellas, que no eran ella. Ese tiempo de pedazos sólo para mi en pedazos. Con pedazos de ellas, que no eran ella.

Cosas primordiales


El camino a casa es una película de una belleza visual y poética asombrosa, cuya fuerza se agiganta con detalles en apariencia minúsculos (un cuenco se rompe). El relato sucede en una pequeña aldea del Norte de China. Eso dice mucho.

En realidad -lejos de hacer una reseña-, sólo quiero transcribir una serie de frases para conocer las cosas primordiales. Aquellas que el padre del protagonista -un profesor de escuela-, hacía repetir a sus alumnos cada año, el primer día de curso:

En la vida hay que tener una meta

Leer y escribir forman parte del conocimiento

También es bueno sumar y restar

Hay que apuntar todo lo que me ocurra

Conocer el pasado y el presente nos ayudará a saber la realidad.

Todos los conocimientos nos ayudan en nuestra vida

Respetar a los mayores y cuidar a los niños

Tener cuidado con las tormentas

Primavera, verano, otoño e invierno son las cuatro estaciones del año

Norte, Sur, Este y Oeste son las cuatro direcciones del universo

Todo tiene sentido


Maravillosa sabiduría.

Tuesday, August 21, 2007

El mapa


Al repasar el mapa en que marcaba la distancia sentimental de cada uno de sus afectos - lo actualizaba siempre al cumplirse el cuarto mes-, se detuvo en uno de los circulitos que había trazado con tiza amarilla, en las coordenadas 2°20′ S 34°34′ E. Sacó del cajón la libreta y apuntó esos y otros datos con precisión matemática. Debajo, garrapateó una frase premonitoria:

Si al menos no tanto.

Put the Blame on Mame


Ayer me dormí con un clásico del cine, Gilda, lujo razonable, siempre que se haya visto antes. En esto me acercaba a los albores del primer sueño cuando escuché la voz doblada de Rita Hayworth:

Me muero de Odio. Te odio. Cariño.

Y de un respingo que me levanto y veo a los dos protagonistas - Gilda (Rita Hayworth) y Johny (Glenn Ford)-, tan mamelucos durante toda la película, besándose a mordiscos.

Quedé hipnotizado.

Del odio al amor, un paso. Menos. Y ni eso.

Monday, August 20, 2007

Gafas de pasta marron tirando a granate 2. Hallolas


Miguel ha encontrado mis gafas (de pasta marrón tirando a granate). Ilesas, por suerte. Que estaban, dice, entre la pata de la mesa, la pata de la cama y la funda del ordenador. Haciendo qué, pues no lo sabemos. Puppy baraja varias hipótesis:

- La funda del ordenador necesita gafas.

- La pata de la cama necesita gafas.

- La pata de la mesa necesita gafas.

- El suelo necesita gafas.

El problema, en realidad, comienza a ser embarazoso con las variables. Dos ejemplos:

1- La funda del ordenador y el suelo necesitan gafas.

2- La pata de la cama, la pata de la mesa y la funda del ordenador necesitan gafas.

Para evitarnos trastornos de idas y venidas inútiles, mañana llevaremos a los cuatro presuntos miopes al oftalmólogo. Que dictamine. Ya estamos acondicionando el carrito de la compra.



En la imagen: con las gafas, riéndome. De qué, tampoco lo sabemos (la fotografía la sacó Naroa y es de archivo). Parezco chino.

A la deriva


(Quién pudiera
retenerte así.


-Coleccionaba
"te quieros"
a la deriva.
Sordos,
en los ojos callados,
encallados en la distancia
que marcaban tus caderas.
"Te quiero", decías
con pena
de cadena perpetua,
de un ancla
sin bote
varada
en una playa
desierta-


Sin haber
querido tanto.)

Gafas de pasta marron tirando a granate



He extraviado mis gafas -de pasta marrón (marrón, matizo, que tiraba a granate)-, gran tragedia. El caso es que sin ellas no me apaño bien. Explico: ver, veo, más o menos, achinando los ojos y completando las manchas con un sexto sentido falible que me empuja a saludar a la gente que intuyo y, por lo general, nunca es. Haberlas perdido tiene sus ventajas, claro: ayer, por ejemplo, el Real Madrid no jugó nada mal y, como en la pantalla el resultado se veía chiquito, lo proclamé campeón de la Supercopa (8-2) Todos los goles de Beckham -incluso los del Sevilla-. A los cuadros, ahora entre figurativos y abstractos, ya no les noto fallos e incluso la imagen que me devuelve el espejo del lavabo, la percibo despampanante.

Pero las gafas guardaban el secreto de mi inteligencia ficticia. Quiero decir que la montura confundía a la gente: "pareces listo", "te hacen interesante", "lees mucho, ¿verdad?", "qué ingenioso", " cuéntanos de Schopenhauer", esas cosas. Un día, de hecho, un amigo me las pidió prestadas para enfrentarse con seguridad a una entrevista de trabajo.
"Los lentes", que diría Catita, me conferían, además -y sobre todo-, un aura de indefensión: "qué mono, mírale con esas gafitas, no sabe hablar", "cuchicuchicuchi" o "no le zurres, animal ¿no ves que lleva gafas?".

Sin ellas no me apaño bien. Si alguien pudiera, al menos, darme una pista.



La fotografía es del intrépido Jontxu.

Sunday, August 19, 2007

Insurreccion marxista


Resulta complicado escoger una cita de Groucho. Ésta, por ejemplo, no está mal:

Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.

Hoy cumple treinta años su genial Epitafio:

Perdonen que no me levante.

Cenaré Sopa de Ganso.

Saturday, August 18, 2007

Cumpleaños de Catita. Las hormigas y las chuches


Leí en un reportaje reciente de Xl Semanal que las hormigas eran unos bichos bastante crueles. Fíjate, quién lo diría, con esos ojitos tiernos. Veintimuchos años sumido en esa peligrosa ingenuidad que alimenta la ignorancia, esquivándolas por los caminos, incluso, para no espachurrarlas. Porque claro, las rojas que viven en la selva, de todos es sabido que tienen vicios feos. Pero de las negras, ni idea.

Catita, en cambio, con tres años -que cumplió ayer- ya sabe:

- Catita, diles a tus tíos cómo son las hormigas...

- Las hormigas... son malas, mami...

- Por qué, Catita...

- Se comieron las chuches de Catita, mami...


Ah. Hormigas, malas.

En la imagen, Catita a caballo, emulando a Dora la exploradora.

Inevitable Shakira



1

Fue Mónica quien me introdujo en la música de Shakira. Recuerdo cuando me enseñó el Pies Descalzos. Este es el procedimiento habitual: cada vez que uno de los dos descubre una canción se la pone al otro y se queda muy serio, hasta oír el veredicto:

- Sólo tiene dieciocho años, compone las canciones... y las produce.

Yo tenía diecisiete, y una adicción intratable a los amores imposibles. A partir de ese día trillamos aquel disco y los que siguieron cada verano, mientras jugábamos a la escoba, en el cuarto de estar de la casa de la abuela.


2

Shakira me recuerda a Mónica y los veranos en Galicia. Sin embargo, cuando escucho La tortura veo a Jessy. Durante las semanas que viví en Trápaga, utilizábamos aquella canción para desfogarnos. Qué si la bailábamos, vaya que si la bailábamos. Y en cualquier momento. Fácil: ella, Shakira; yo, Alejandro Sanz.

El examen de Arte del siglo XX lo preparamos a ritmo calentón:

- Javi, Javi. Ponla, ponla otra veeeeez... anda, por favor... ponla...

- Jajajajaja. Me partoooooo.

Y nos acababa doliendo la tripa de tanto reír.

Y así Jessy se llevó la gloria, cuando a las seis de la mañana, llegando a casa después de una buena juerga por Bilbao, interpretó uno de los pasos del baile de Shakira, tumbada boca arriba en un paso de cebra.

Un repartidor en su furgoneta premió la actuación con dos alegres bocinazos, mec-mec.

Más de uno, esa mañana, llegó contento al trabajo.



P.D: grande, Jessy.

En el video, Inevitable, de la primera etapa. Me gustaba más.

Siempre supe que es mejor
cuando hay que hablar de dos
empezar por uno mismo


Y para ser mas franca
nadie piensa en ti como lo hago yo
aunque te de lo mismo

Friday, August 17, 2007

Algunos cuadros fallidos


Me gustó una fotografía que sacó Gonzalo a un vagabundo de Estrasburgo. La reveló él mismo, era en blanco y negro. Se la pedí:

- Podría pintar algo sobre eso.

- Claro, hombre.

Perpetré ese cuadro y otros, una tarde tormentosa de agosto, hace ocho años.

Se lo enseñé a Gonzalo:

- Mira.

Y miró, sí, inmóvil, enarcando las cejas y con ojos desencajados.

- No era así.

- ...

- No me convence.

- ...

- Es horrendo.


Me quedé así. Pero él tenía razón.


Alberto Sellán
, años después, al enseñarle a regañadientes otro fracaso, me dijo:

- Es importante conservar algunos cuadros fallidos, colocarlos en sitios visibles. Te recuerdan, en momentos de ceguera, lo malo que puedes llegar a ser.



En la imagen, aquel cuadro. Me duele verlo. Como ese, ha habido y habrá muchos más.

Suceden como son


- No siempre las cosas suceden como habíamos soñado. Y, en fin, no pasa nada. No quiere decir que de otra forma vayan a ser peores... sencillamente, son como son. Así que, haz el favor de no sacudirte más la cabeza contra un muro...

- ... pe... pero...

- ...no, mira, te explico... yo... yo por ejemplo, cuando tenía, no sé, dieciocho años quería ser padre joven, pongamos que...hmm... a los veintiuno...

- ... vaya, entiendo, jajaja. Cuando iba al colegio decía a mis amigas que me iba a casar con diecinueve... y mira...

- ¡Ves! ¿Ves? ¿Y pasa algo? Nada, ¡nada!

- es... verdad... nada... y... bueno... entonces... ahora, ahora que tienes veintiocho, ya casi veintinueve... y con tan pocas trazas... ¿cuándo esperas ser padre tú?

- Psemejehm, ya te he dicho.... a los veintiuno.

Ruby tuesday



Hay canciones que atrapan por su encanto.

Don't question why she needs to be so free
She'll tell you it's the only way to be
She just can't be chained
To a life where nothing's gained
And nothing's lost
At such a cost


Hay personas que atrapan por su encanto.


Hoy, Ruby tuesday, de los Rolling Stones.

Pesa Chile 4. Volvemos al tajo


Debido a la canícula de los primeros días de un tórrido agosto -sobrevivimos a base de abanico, hamaca y gaseosa La Pitusa- y que zampamos hasta la última nuez del mercado, los trabajos en el arca se vieron paralizados. Puppy, de mente despierta, había previsto cualquier imprevisto, así que invertimos las horas en largas siestas; trazamos en un huevo de codorniz la ruta más corta hasta Santiago -saldremos de Bilbao y haremos escala en Castro Urdiales y Las Azores-; además, pusimos -bien puestos- doscientos kilos de endrinas a macerar en anís.

Ayer, por fin llegó desde Chile el Trasatlántico Lindutxi cargado de nueces, cada una de un color, y todas con brillantina. La tripulación estaba formada por cuarenta pares de pendientes hechos a mano y capitaneada por un Keko sin bracitos, ojos de botón y el imperdible colgando a la espalda.

Volvemos al tajo.

Hace hoy un mes que se fue Leire y ya ha empezado a hablar palabros en chileno, que si bacán -por ejemplo-. Eso nos preocupa.

Pero hemos recibido documentos visuales, por suerte: sigue igual de pizpireta y con su falta de cordura intacta.

Falta menos.

Thursday, August 16, 2007

Me zampo un bombon, me zampo la zambomba


ERROR: no se pudo conectar con la base de datos.
2002: Can't connect to local MySQL server through socket '/var/lib/mysql/mysql.sock' (111)

Allez Hop!!!


Acordarme llena medio vacío. La otra mitad es (tú) ausencia.

Paris es Paula desde la Torre Eiffel





"Viajamos en el Paloma Azul toda la noche, hacinados en las literas tristísimas de un vagón de tercera clase. Pero amanecimos a las siete en París. El cielo azul de abril se mecía sobre la bruma. Paula y yo subimos a la Torre Eiffel contando los peldaños de las escaleras de hierro hasta llegar a lo más alto. Habían dado, recuerdo, las once de la mañana. Paula era más bella que París, o París parecía más hermosa a través de los cabellos de Paula agitándose en la brisa"


Ha pasado mucho tiempo de aquello.


Hoy:


Me dice que está en la Casa de Cultura, cubriendo una rueda de prensa. Le digo que espere, que me ducho y bajo.

Bueno, esto empieza a las doce.

Entonces perfecto, avísame en cuanto acabes.


Me llama un rato después:

Estoy en la plaza.

Vente a casa, así ves los cuadros.

Mira, éste está sólo manchado, es Dublín.


¿Has estado allí?

No, no. Qué va.


Se ríe.

Le enseño los lienzos. Me avergüenzo un poco, están casi todos sin acabar. Pero su mirada parece completarlos.

¿Tienes tiempo para tomar algo?

Un poco. Tengo que volver a la redacción.

Cocacola, ella. Cerveza, yo.

Hablamos un rato, algo desorientados. Sabemos que hay poco tiempo y que las palabras tampoco son demasiado importantes. Porque estamos allí, el uno frente al otro. Y es real.

Nos despedimos:

Me alegra haberte visto.

A mi también.


Y, mientras ella sube al coche, yo vuelvo a casa.

Y sigue vivo. 30 años



Tomábamos unas cervezas con otros invitados a la boda, en la cafetería del Hotel Tres Reyes, mientras llegaba el autobús para llevarnos a Gorráiz. Afuera no paraba de llover.
Ella y yo estábamos apoyados en una mesa, de espaldas a la ventana, mirando los bochornosos quehaceres de una tal María, ya piripi, en su despedida de soltera: las "amigas" la habían embutido en un saco de patatas y ahora bailaba la conga con una cuadrilla de adultos. Pobre María.

Ella, que estaba preciosa de veras -sería incapaz de describirla-, no decía nada y, a cambio, mantenía una sonrisa tensa e inaccesible. Era, lo que se dice, un silencio incómodo. Sentía perlada la frente y no tardaron en empezar a sudarme las manos; rebusqué en algún lugar del cerebro alguna estupidez que, al menos, transformase esa sonrisa suya en risa. Pero mi capacidad de ingenio se había escabullido aprovechando la espuma de la segunda caña. A un paso de claudicar, me acordé de Elvis - ella adora al rey-, así que le pregunté por preguntar algo que no recuerdo sobre Memphis, o Graceland. La respuesta -que era Tupelo- se extendió, al menos, un cuarto de hora, al arrastrar una avalancha de datos biográficos, fechas, nombres, ciudades, citas y canciones. De verdad le brillaban al hablar, azulísimos, los ojos - que no me miraron en ningún momento, sino a un punto fijo mas allá de la barra donde, presumiblemente, ella enfocaba al rey-. El autobús llegó en ese momento. Y yo, agradecido a Elvis.

Epílogo:

Hace unos días, ella me mandó un mail con este vídeo de Elvis con Celine Dion

Wednesday, August 15, 2007

Tenemos a Maria


Hoy releo el cálido relato de las bodas de Caná:


Al tecer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús y sus discípulos. Y, como faltó el vino, la madre de Jesús le dijo:
-No tienen vino.
Jesús respondió:
-Mujer, ¿qué nos importa a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora.
Dijo su madre a los sirvientes:
-Haced lo que él os diga.
Había allí seis tinajas preparadas para las purificaciones de los judíos, cada una con capacidad de unas dos o tres metretas. Jesús les dijo:
-Llenad de agua las tinajas.
Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo:
-Sacadlas ahora y llevadlas al maestrasala.
Así lo hicieron. Cuando el maestrasala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía -aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían- llamó al esposo y le dijo:
-Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú, al contrario, has reservado el vino bueno hasta ahora.

(Jn 2, 1-10)

Cuando parece que falta todo, tenemos a María.



En la imagen, La Virgen del Amor Hermoso, en la Universidad de Navarra.

Tuesday, August 14, 2007

Irrefutable


Le he querido, ocurrió. Aún le quiero, está pasando. Ese ha sido su regalo, la prueba irrefutable que (me) recordará siempre que (yo) fui capaz de amar.

Cadillac Solitario



Ynenanenanoestaaaaastuuuuuuuuynoestastuohnenenenanostastuuuuuuuuuuu

En realidad, no tengo excusa para volver a colgar esta canción -poco tiene que ver este vídeo con Barakaldo-. Sí un motivo: me gusta (sobre todo cuando Loquillo grita, al final, nena muy fuerte y muy largo. Parece que el roto de dentro le saliese afuera).

Ynenanenanoestaaaaastuuuuuuuuynoestastuohnenenenanostastuuuuuuuuuuu

Anton


Comienzan las fiestas patronales de O Bolo. Aprieta la morriña y entro en la web de La Voz de Galicia. Y así me atrapa, en titulares, la conmovedora historia de el buen Antón.

Resulta que, cada año, por estas fechas, una tradición ancestral invita a soltar un cerdo por las calles de Espadante, una villa muy coqueta cerquita de Ferrol. El puerco, tan pincho, hace vida social: juega con los niños en el paseo marítimo, se tumba en la cálida arena de la playa, percibe los cambios de tiempo y deja cagarrutas en la plaza. Los vecinos, por su parte, le tratan con el respeto que sólo confiere una autoridad: lo saludan, le hacen arrumacos, carantoñas y, por supuesto, le dan para que engulla cualquier cosa que tengan a mano: rábanos, mendrugos de pan, castañas pilongas, mondas de patata, billetes de cinco euros y restos de queso de tetilla.

Antón, astuto, se debe hacer querer ya que, según dice su cuidadora, Josefina, es muy tranquilo, muy bueniño, no como alguno de sus antecesores, añade, con muy mal carácter.

Así de humanorra y lisonjera es y será la vida del buen Antón, hasta el 6 de enero, día de la Epifanía. De par de mañana, los vecinos se lo rifarán para luego zampárselo. A la salud de San Martín, por ejemplo.

Monday, August 13, 2007

Mas que razonable


Le dije: en enero, ¿te acuerdas? decidí dejar el blog. Y lo puse, nunca apostéis por un perro que se llama princesa. Volví a los dos días.

El se sonrió pícaro y esbozó un gesto de satisfacción: ¡Bien hecho! Ese es uno de los mejores momentos de un blog, cuando dices que te vas -porque, claro, hay que anunciarlo-, entonces empiezan a llover comentarios del tipo: no te vayas, eres un genio... sin ti nada, no nos hagas esto, qué será de la red... y tú que te haces de rogar. Cuando ya has recuperado un nivel de autoestima más que razonable, vuelves como si nada. Dices algo así: ah, este blog se debe a vosotros, me debo a mis lectores...

Nos partimos de risa.

La verdadera historia de Ainhoa y J. -imaginate-


- Piensa cómo conoces a alguien, en nosotros, por ejemplo... ve hacia atrás, todas las historias se tejen...
- Pues sí, está bien. El mundo es muy chiqui...
- Sí... es curioso... si uno lo piensa. Imagínate, Ainhoa y Javi... se puede inventar una historia... imagínate:

"Un dia fui a Donosti, pongamos hace cuatro años... ehmm... era agosto. Llovía. Bueno, ehhm... mis padres hicieron uno, uno de esos planes, ya sabes, uno de esos en los que no han contado contigo pero, vale, estás metido hasta el cuello...
Domingo. Mi padre dice, "Javi, vente a la playa". A mi no me apetece ir a la playa. Quiero decir, tengo mis propios planes. Me da pereza una jornada de sol, arena y salitre, pero me lo pienso: vaya, hace tiempo que no hago nada con mis padres. Así que, al cuerno: vale, papá, voy con vosotros a la playa.

El caso es que llegamos a Donosti y el cielo está feo... muy gris. Va a llover en cualquier momento, hemos elegido un mal día. Pero... ehm... mis padres deciden que, ya que estamos, se puede ir al acuario, o a zampar pinchos, o lo que sea. En fin, a mi no me apetece ir al acuario a ver peces, así que aprovecho para quedar con una amiga.
Despistado, quedo con ella en un sitio que no conozco. Incluso he olvidado el nombre del lugar y, por supuesto, no llevo móvil. Decido, decido echarme a andar, no sé hacia dónde... simplemente pongo un pie delante del otro y voy, sigo andando. Cruzo calles que no recuerdo y empiezo a pensar que me he perdido.
Comienza a llover.... a llover y cada vez más. Voy por la acera rumiando posibilidades, buscando referencias, y una chica que sale de alguna tienda, me roza el brazo levemente. No me mira, así que no logro verle la cara.
La chica -que es morena- se echa a correr... persigue un autobús que está a punto de escaparse. Alguien grita, ¡Venga, Ainhoa!
Y desde allí, quieto, veo - imagino que es ella- la espalda de la chica morena, de pie, en el autobús; a través del vaho de la ventanilla; a traves de la cortina de lluvia. Ainhoa."

- Jobaaa, no me gusta. Tú siempre igual... y ni hablo contigo ni nada. Así no vale.
- jajajajajaj, ¿Sabes? Me he metido en la historia. Ahora pienso que, en realidad, fue así como ocurrió, que nos conocimos así.
- Halaaaa, qué bestia. Jejejejeje...
- ... qué cosas...
- Oye, a lo mejor sí, ¿eh?
- Jajaja
- Has estado en Donosti alguna vez, ¿no?
- Sí, y llovía...
- Porque yo soy experta en salir corriendo detrás de los autobuses...
- Ni tú ni yo podemos decir que no pasó... jajajajaa
- La verdad es que no... jod... qué mosca ahora... ¿te imaginas que sea verdad? Es que yo a Donosti, o voy de tiendas o voy a la uni... porque poco mas...
- Cuando me pregunten, ¿Cómo conociste a Ainhoa? Diré: bueno, mis padres - ya sabes como son los padres-, diré y les hablaré de un día lluvioso, en Donosti. Y de una chica que me rozó levemente, al salir de alguna tienda. Y de un autobús...
- Qué loco estás... jajajaja.
- Jajajajajjaj... bueno, es un truco de magia, ¿no?

Entre sus amigos


Antes de comer, Peter y yo hablamos de las personas que compartíamos. Situamos a cada una en el presente -qué tal está, qué hace-. El sonreía, bromeaba y, de vez en cuando, hacía observaciones ingeniosas; cuando asentía, irradiaba satisfacción, cierto orgullo. Se le veía en su salsa, así, apurando el cigarrillo, entre sus amigos.

P.D: Nos quería mucho.

Sunday, August 12, 2007

Comprende


Cuando era niño,
esperaba,
mirando por la ventana,
a que llegasen
papá y mamá
(no volváis tarde.
No os vayáis lejos
)

-Tenía miedo
a quedarme solo-.

Ayer
-en aquel sueño-

miraba
encaramado
a la misma ventana.
Él (mi amigo) cruzaba ya
el portal;

yo le grité:
No vuelvas tarde.
No te vayas lejos.
Espérame,
ahora bajo.

Entonces se giró y,
levantando la mano,
me miró
a los ojos
(sonreía):

comprende,
me tengo que ir,
cuídate.
Llego tarde.

Ip




Me preguntó Paco Sánchez quién era ese canódromo, y tuve que decirle la verdad. Que no te parecías al de la foto, me dijo. ¿Y quién se parece al de la foto?

Abrazos,

Panter



En la imagen, Peter (Panter): un amigo, un genio. Un tío grande. La fotografía, de Ander Izaguirre.

Respuestas para el beatle George



De vuelta a Londres -en el avión- tras el último concierto de la gira Norteamericana de 1966, George exclamó aliviado: Por fin he dejado de ser un beatle.

Si bien el grupo se disolvió cuatro años después, no volvieron a ofrecer más conciertos.
Hasta entonces, el talento de Harrison se vió eclipsado por los de John y Paul que eran tan genios como ego- maníacos.

Sin embargo, en noviembre de 1970, George editó el mejor disco jamás grabado por un ex- beatle, el triple álbum All things must pass. Un disco nada convencional que arrasó en las listas de ventas de todo el mundo.

¿Qué hay después de haber sido un beatle, cuando has tenido en tus manos todo lo que el mundo podía ofrecerte?

Esa fué la pregunta que se hizo George cada día de su vida. Necesitaba respuestas que apaciguasen sus más profundas inquietudes.
La búsqueda de sentido se vió reflejada en la música durante toda su carrera en solitario.

Aquí, una hermosa y sencilla muestra:


My Sweet Lord

Saturday, August 11, 2007

Mensajes cifrados (Lluvia de Perseidas)


Mensajes cifrados,
en el telediario de las tres.
Titulares:
"una masa de frío glaciar cubre
de nieve
Santiago de Chile"
(Nada igual
-dicen-
en cuarenta años)

y mientras,
aquí,
(a unos once mil kilómetros)

en Pamplona/ Iruña
anuncian un descenso
gradual
de las temperaturas
-de cinco a diez grados,
según las calles
-


Mensajes cifrados
recorren
(ausencia de ti)

Ciertos rincones desiertos,
Algún cruce,
Las aceras de luz,
Los reflejos
en los escaparates,
(azul,
la constancia
de una historia
robada y
un pasaje
a la India
sin vuelta)

Santiago de Chile
no duerme.
Hoy,
Pamplona
sueña
recordándote
(a unos once mil kilómetros)

bajo una lluvia
de perseidas.

Me gustas mucho tu


- Seguí tu consejo. Hablé con ella...

- Vaya, muy bien, ¿ves? eres un valiente, ¿Qué le dijiste?

- Ejm... le, ehm le dije... me gustas...me gustas mucho... tu...

- Parece el estribillo de la ranchera esa de Rocío Durcal...

- En realidad... llevaba la letra de la canción escrita en la palma de la mano. Ehm...se borró con el sudor... así, así que le dije sólo eso, me gustas mucho tu...

- Bueno, ¿y qué te respondió?

- ... "No me cuentes tu vida"...

Friday, August 10, 2007

Mi primera entrevista de trabajo. Peter


Y aquella fue mi primera entrevista de trabajo:

Era una mañana a comienzos de octubre de 1998, lo recuerdo bien. Estábamos en el descanso de alguna clase, de Ética, por ejemplo y vi a Gonzalo que iba, como siempre, corriendo por el pasillo, encorvado y poseso, resoplando, con un papel arrugado en la mano. Apenas me miró; sólo dijo, sin pararse siquiera y señalando a ninguna parte, mientras sonreía como lo que es, un niño travieso: ve ahora, hombre, que no hay nadie. Acuérdate, Peter.

La redacción de Nuestro Tiempo se encontraba al final del pasillo, al lado de la cafetería, junto a los lavabos. El edificio de Comunicación parece un acuario: hay decenas de ventanales inmensos y, a través de ellos, puede verse lo que hay detrás. Y, detrás de éste, había una sala blanca con una mesa de reuniones y varias estanterías llenas de libros; a la izquierda, una mesa con un ordenador y, frente al ordenador, un señor con el pelo blanco. Blanquísimo. Entré sin llamar.


Hola, hemm, ¿está Peter?

¿Peter? ¿Qué es eso de Peter?

No, esto, quería…quería decir don Pedro de Miguel.


En realidad yo no quería decir nada, si no salir de ahí; irme corriendo, encorvado y poseído como Gonzalo.

Ah, yo soy Peter, ¿Y tu?

Bueno, yo vengo de Parte de… Gonzalo. A ver si podría, no sé, si podría colaborar en la revista. Creo que le ha dicho que me iba a pasar.

Ah, bien. Pues no me a dicho nada. Si quieres, puedes ir pasando a mi despacho, es ese, en el que pone director, ahí mismo. Voy ahora.


Peter era como querría ser si fuese un personaje de novela: un genio dentro de un cuerpo de mediana estatura, cabello blanquísimo, miope y edad indeterminada. Sólo su mirada te sumía en una profunda negrura; sólo a través de ella podías sentir algo fuera de lo común, algo inexpresable, intangible. Pero en aquel momento yo no sabía nada de eso, sólo que aquél tipo me estaba noqueando. Sin piedad. Noqueando.
Pasé al despacho y me senté en una silla gris que era tan incómoda como la situación. Me quedé inmóvil, mirando al techo, sudando y con ganas de ir lavabo para hacer en la taza lo que quería hacer encima de Peter. Entró y se sentó.

Bien, ¿qué me has dicho que querías?

Pues nada, eso, si se puede; colaborar con la revista. Vengo de parte de Gonzalo.

Vaya, eres la quinta persona que viene hoy de su parte. Le voy a tener que decir algo. Esto no puede ser.



¿Y en qué curso estás?

En… segundo. Es que, bueno, repito… estoy… estoy repitiendo.

Vaya, pues aquí más bien queremos a gente que destaque. Se suele entrar en la revista a partir de tercero…

El año pasado fue…

En fin, ¿Qué temas te interesan? ¿Tienes alguna preferencia? ¿Algún interés especial? ¿Política?

No…

¿Ciencia?



¿Tecnología?

Pues…

Aquí tenemos varias secciones. Me imagino que algo te habrá contado Gonzalo, ¿no?: Economía, cultura, ciencia, sociedad…

Me gustaría… yo… creo que sociedad.

Otro… ¿Por qué todos queréis entrar en sociedad?

… pero da, tampoco me importa, da igual… cualquiera, lo que sea.

¿Qué tal los idiomas? Supongo que sabrás alemán.

No

¿Francés?

No

Inglés, nivel alto, al menos…

Más bien medio…

¿Eres capaz de leerlo?

Un poco…

No sé si te habrá comentado Gonzalo que aquí uno tiene que hacer un poco de todo. Hay que saber bastante de informática. ¿Qué tal la informática?


Peter empezó a enumerar programas -tantos como yo noes- algunos rarísimos que ahora, pensándolo, dudo que existiesen. El último de la lista fue el word y aquella palabra insignificante, word, aquel programa de tontos fue para mi un triunfo apoteósico y efímero. Sí, SI. Pero el segundo sí perdió fuerza y acabó arrastrándose por el suelo. Había caído, me di cuenta, en otra trampa. Me sentí ridículo; reculé: no se nada de ordenadores, no me gusta demasiado la informática. Peter me miró con satisfacción: ya.
Sólo me quedaba una opción que era, además, bastante indigna: un nombre, el de mi hermano. Peter y Juan Andrés eran buenos amigos y aquél nombre funcionaba como una llave maestra, siempre abría puertas.

Soy el hermano de Juan Andrés.

¿Qué Juan Andrés?


Me quedé libido, petrificado en la silla. Perdí la compostura. El sabía quién era Juan Andrés, que era su hermano y que yo sabía que él lo sabía.

Joder, de Juan Andrés M..

Ah, ¿Si? No os parecéis en nada.


Fue la primera vez en mi vida que busqué desesperadamente la quinta esquina de Izraíl Métter. La tortura se había encarnado; le llamaban Peter.

Otra cosa importante es que los redactores se pasen por aquí, al ser posible, todos los días. ¡Ah! y que terminen aquello que han empezado. Hay gente que tiene muy buenas ideas y no termina de concretarlas, se pegan un año con un sólo tema y luego no hacen absolutamente nada. Mira, un buen ejemplo: Juan Andrés. Nunca acabó nada. Recuerdo que tenía un tema entre manos, no se cual, pero jamás escribió una sola línea.


Me rendí.

Creo que era sobre lo alimentos. Quería hacer un reportaje sobre la comida, no sé. O algo así. Me contó.

Ah si, es cierto. Los alimentos. Bastante original…


Yo ya me estaba levantando. No sé qué cara pondría en ese momento, puedo imaginar algún gesto desencajado. Pero Peter sonrió.

Bienvenido a Nuestro tiempo. Mañana tenemos comida-reunión de la sección de sociedad, pásate.

Y ya no recuerdo qué dije; quizá no dijese nada, tal vez le di las gracias, o no. Pero si que recuerdo una cosa: que también sonreí.


(Fragmento de Peter, 2005)

P.D: Hace poco, Peter me regaló su novela, Y yo que tu yo que tu ya no me moririría. Escribió una dedicatoria: Para el chico que no sabía alemán y ni falta que hacía.